Puedes decir con la cabeza bien alta lo mucho que te gustaTaxi Driver, El padrino o Uno de los nuestros, pero como sueltes que te mola Pearl Harbor...

Y es que sí, los diálogos bobos y sobreactuados que te ponen en el típico capítulo de sitcom en el que se supone que se está rodando una peli cutre son los que se marcan aquí unas cuantas veces.

Sí, intentaron petarlo como lo hizo Titanic, poniendo muchísima pasta, poniendo un trío de guaperas y copiando también algo de, por qué no, Top Gun.

Sí, aquí Ben Affleck tiene cara de palo toda la peli. ¿Su mérito? Medir casi 2 metros y tener un hoyuelo en la barbilla.

Y sí, cualquier mínimo parecido con la realidad histórica es mera coincidencia. La autofelación patriótica que se marca es de las más grandes que he visto en el cine.

Pero no sé qué pasa que a mi me gusta. La vi con 11 años y me enamoré de Kate Beckinsale, cómo no, quería estar con camisa Hawaiana por ahí, cómo no, las escenas del ataque a Pearl Harbor son una auténtica pasada, la peli se marca unos planos que son de escándalo, la música está guay e incluso esos momentos videocliperos (aquí Michale Bay cogió parte de lo que ya había hecho con Armaggedon y lo explotó mucho, mucho más) no solo no me repelen si no que hasta me encajan bien.

En fin, un placer culpable más.