“Los limoneros” es un filme bastante sencillo, prácticamente está desprovisto de todo tipo de alardes pirotécnicos, que apuesta por su guión como baza fundamental. No les ha salido la cosa nada mal, desde luego que el resultado es un producto digno, entretenido y al que difícilmente se le pueda pedir más.

Eran Riklis apuesta por mostrarnos el eterno conflicto entre israelíes y palestinos de forma bonachona, sin que sea una historia sangrienta o violenta, y lo cierto es que da en la tecla de pleno. La historia de una disputa vecinal entre el ministro de Defensa de Israel y una mujer palestina se hace muy amena y, aunque se desarrolla de forma un tanto cándida, se le agradece porque ya está uno un poco cansado de ver siempre lo mismo (atentados terroristas de los radicales islámicos, represalias desproporcionadas del ejército hebreo y demás cuestiones que ya hemos visto hasta en la sopa en los telediarios). Así pues, en mi opinión, la historia que plantea es todo un acierto.

Cierto es que contiene aspectos en su argumento que pueden ser criticados como por ejemplo por qué se compra el ministro una casa en un lugar tan desprotegido, por qué la mujer del ministro lo critica públicamente y se empeña en intentar hablar con su vecina o por qué meten un romance tan gratuito como inútil en la historia (me refiero al del abogado con la palestina). Bueno, quizás tengan razón en que parecen cosas más inverosímiles de la cuenta, pero qué queréis que os diga… a mí no me han desagradado tanto estas cuestiones como para decir que parece un cuento de hadas. De hecho, dado el tono bienintencionado y humanístico de la historia tampoco es que desentonen demasiado.

Sin embargo, hay otras cosas que sí que las encontré criticables (en especial dos de ellas). La primera sería su pulso narrativo tan pausado que unido a la inexistencia de giros de guión hacen que la historia llegue a aburrir un poco en su último tercio de metraje. Y la segunda es que la historia la han estirado muchísimo, casi hasta el infinito de sus posibilidades, y no han dado cancha a otras subtramas que podrían haber desatascado un poco la sensación de cansancio de la trama principal.

No obstante, a pesar de los pesares, “Los limoneros” es una cinta que recomiendo por su inteligente historia, la cual plasma brillantemente el callejón sin salida contemporáneo que se vive en Oriente Medio, por sus buenas interpretaciones (sobre todo la de la actriz Hiam Abbass) y por la bonita fotografía que posee.