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Voto de Kyrios:
6
Intriga. Drama La Guerra Fría reflejada en una partida de ajedrez. En Ginebra tiene lugar un prestigioso campeonato de ajedrez que enfrenta al gran maestro Pavius Fromm con el actual campeón del mundo, Akiva Liebskird. Ambos proceden del otro lado del Telón de Acero, pero mientras que Liebskird es leal al régimen comunista de la URSS, Fromm es un destacado disidente que vive exiliado en Occidente.
25 de febrero de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La diagonal de loco es una de las pocas películas que trata el Ajedrez como tema principal de la película y no sólo eso, sino que además dignifica muy bien este deporte (sí, utilizo el término deporte, pese a quien le pese).

Hay un símil muy evidente entre lo que supuso la guerra fría y una partida de ajedrez. Las dos superpotencias mundiales, Los Estados Unidos y La URSS libraron una partida que duró más de cincuenta años y que tuvo en vilo a medio mundo por las consecuencias que un conflicto atómico directo podría acarrear entre las dos. Afortunadamente (para el mundo occidental) los dos combatientes se dedicaron a mover fichas por el mundo sin llegar nunca a las manos, sino a un intercambio de peones (y recordémoslo porque no debemos olvidarlo), de vidas humanas a las que el jugador (o potencia) poco importaba sacrificar. Vietnam, Afganistán, Corea…una lista triste y negra

La película precisamente trata estos entresijos políticos. Hubo una época en el que futbol no tenía lobotizado a el mundo entero y las partidas entre americanos y comunistas fueron seguidas por gran parte de la población mundial. En el film un joven comunista exiliado se enfrenta al gran campeón Soviético, partidario del régimen. Evidentemente entre los dos hay un conflicto que va más allá del deporte y que la película se hará cargo de retratar. Por eso encontramos en ella gran cantidad de escenas que podrían formar parte de una película de espías, como chantajes, topos o incluso micrófonos para captar conversaciones entre los bandos.

La joven Promesa es Fromm, interpretado por un Alexandre Arbatt que cumple sobradamente su papel, otorgándole al personaje todos los matices con los que ha sido construido. Nos encontramos ante la gran personificación de la juventud ambiciosa y caprichosa, aquella fuerza imparable y destructora, que la naturaleza ha forjado y le ha dado la sensación de creerse imparable. Fromm es además un exiliado que representa también los símbolos más evidentes del capitalismo burgués. Pero lo interesante es que la película consigue hacer evolucionar a este personaje al confrontarse con un hombre más avezado y sabio, como es su rival, llegando a la escena final, donde los dos dejan de bando sus diferencias políticas por la pasión que verdaderamente les une, el juego.

Pero no se debe entender el ajedrez como un simple juego entretenimiento o deporte. El ajedrez se convierte en el film en una obsesión, en algo inalcanzable, en lo sublime. Es un símbolo y una lucha constante. Va más allá de ideologías políticas o de simples piques (como en un principio puede parecer).

Se acuerdan de la gran película de Bergman, del séptimo sello? En dicha película la muerte sostiene una partida con un caballero. Aquí el ajedrez también cobra un papel parecido al de una vía de aproximamiento hacia la sabiduría que en un primer momento parece oculta al hombre, pero que mediante el ejercicio de este se puede llegar a descifrar.

La película juega también a ser un thriller, muy interesante y con un ritmo constante (con un tempo muy particular) que hace que la obra no decaiga pese a lo que pueda parecer el tema. Recoge muchas anécdotas de enfrentamientos míticos entre grandes y legendarios jugadores, con lo que hay que decir que los aficionados a este deporte aún serán capaces de disfrutar mejor la película.

Formalmente también es muy interesante. Hay que destacar especialmente los planos estáticos de los que se aprovecha la película para crear un auténtico leimotiv formal, que se queda grabado en nuestra mente. Acostumbran a ser esos planos que encuadran perfectamente a los dos jugadores que observan obnubilados el tablero mientras cavilan como conseguir ganar al otro. Encuadres que se aprovechan precisamente de una fotografía muy inteligente que hace resaltar el centro y los personajes. También la selección de la música está muy bien conseguida, lástima que a veces se recurra a ella para dar rienda suelta a ciertas escenas de carácter onírico que no pegan muy bien con la película y que la desmerecen un poco.

Es cierto que hubo una gran polémica porque la película recibió un Oscar a la mejor película extranjera cuando a lo mejor había otras películas que lo merecían más, pero eso desde luego no es culpa de Richard Dembo, un hombre del que desgraciadamente sabemos más bien poco, pues fue muy prolífico y su obra se encuentra bastante descatalogada.

http://neokunst.wordpress.com/2013/02/25/analisis-filmico-la-diagonal-del-loco/
Kyrios
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