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Voto de Kyrios:
6
Western Wyatt Earp, antiguo cazador de búfalos y aventurero, llega a Wichita (Kansas), un pueblo ganadero en el que impera la ley del más fuerte. Su habilidad con el revólver le convierte en el candidato perfecto para el puesto de sheriff, pero rechaza el empleo. Sin embargo, las circunstancias hacen que se sienta moralmente obligado a imponer la ley y el orden en la caótica ciudad. (FILMAFFINITY)
2 de julio de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wichita (Wichita, Ciudad Infernal, 1955) es un western prototípico más, rodado en una de las décadas gloriosas del género, lo que la beneficia por contagio pero a la vez la condena a una tierra de nadie un tanto mediocre. La dirigió Jacques Torneur, francés de origen, quien rodó algunas películas del género, aunque en realidad es especialmente conocido por otras películas, en concreto las que rodó sobre el género de aventuras más ingenuo e inocente, como The Flame and the Arrow (El Halcón y la Flecha, 1950) al servicio del inefable actor Burt Lancaster o los filmes bajo el amparo de Val Lewton, como I Walked with a Zombie (Yo Anduve con un Zombie, 1942).

La película se basa en un hecho histórico como fue la llegada de Wyatt Earp, uno de los Sheriffs más célebres del lejano oeste, a Wichita, aunque el guión de Daniel B.Ullman se toma obvias licencias. No es extraño en los Westerns utilizar estos marcos históricos para a partir de ahí crear su propio argumento, de hecho el propio género es en sí histórico (pese a las mitificaciones añadidas por el cine). Además la Historia de personajes como Wyatt Earp o Billy the Kid son bastante recurrentes. La película fue la primera de la Allied Artist en debutar en el formato de CinemScope y consiguió un pequeño premio en la gala de los Globos de Oro de 1955, mejor drama al aire libre.

En esta ocasión, Joel McCrea interpreta al personaje principal y lo cierto es que el carácter principal cumple con todos los tópicos que se habían cocinado en el género por los grandes directores como John Ford o Howard Hawks. Con un pasado un tanto extraño, y que se revivirá repetidamente a lo largo del metraje (algo habitual en el Western, nuestros personajes se encuentran en un In media res que deberá ser retomado dramáticamente para ser solucionado) nos encontramos con un personaje, el ya citado Wyatt Earp, que se dirige hacía Wichita y que una vez en la ciudad, se verá envueltos en unas extrañas circunstancias, que lo obligarán a aceptar el papel de Sheriff a pesar de su reticencia inicial.

Lo más curioso es que la concepción de este personaje no tiene nada que ver con el que elaboraría el director en otros filmes del género, como el que encontramos un año más tarde en el filme A Great Day in the Morning (Una Pistola al Amanecer, 1956), donde Robert Stack interpretaría un personaje fascinante, precisamente por ser la antítesis heroica del héroe Westerniano. En este sentido, el personaje principal de Wichita, Ciudad Infernal, es mucho más oficialista y menos creativo, pues es el típico personaje de grandes honores que se mantiene firme hasta el final. Que no significa que la película no sepa mostrar cierto atractivo, sobre todo el pulso que se presenta en el guión entre este protagonista y los demás miembros de la comunidad que una vez visto las medidas que este toma cuando se ha convertido en Sheriff, deciden retirarle paulatinamente apoyos. Joel McCrea está bastante correcto, aunque ningún actor destaca de manera sobresaliente.

Wichita se convierte en una ciudad sin ley, llena de “Vaqueros” enfurecidos, preparados para propagar su propio caos en la ciudad. El conflicto clásico entre el Sheriff y el peligroso elemento externo que viene a alterar la comunidad viene con algunas variaciones en esta ocasión. Lo más interesante del guión de Daniel B.Ullman se encuentra en la lucha de poderes anteriormente citada. A pesar de que se le da a nuestro protagonista el título de Sheriff, rápidamente sus promotores empezarán a dudar. Y es que sí el Sheriff sigue en sus trece, muchos de aquellos vaqueros que anteriormente estaban provocando el caos en la ciudad, ahora no volverán a la ciudad, y eso significa una pérdida de dinero evidente.

Como vemos hay una crítica subyacente a los malos usos de los especuladores, que anteponen los beneficios económicos a los de la comunidad (ni siquiera cuando muere un niño cambian de parecer; por cierto el dramatismo de la escena en la que pierde la vida es casi nulo, una escena realmente pésima). Es en esta proposición argumental donde se encuentra toda la carga ideológica del filme, y donde vemos también características propias del cine de Torneur. Evidentemente, al final triunfará la dignidad, como no podía ser de otra manera en una película de estas características. La Contradicción entre los valores morales del personaje y la diatriba que se le presenta es también algo bastante común en el cine del realizador[1].

Algo que resulta destacable en Wichita, Ciudad Infernal, es la puesta en escena que elabora Jacques Torneur, que es la que se encarga de crear un clima melancólico. Secuencias como las de los jinetes creando alboroto tienen una esencia casi fantasmagórica son significativas del filme.

[1] FUJIWARA, Chris, Jacques Torneur: The Cinema of Nightfall, Ed. McFarland, North Carolina 2011, p.225

https://neokunst.wordpress.com/2015/07/02/wichita-ciudad-infernal-1955/
Kyrios
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