El día 6 de mayo del 2020 y en plena crisis por el corona virus, sigo dando gracias a Dios por mantener con vida al gran Clint Eastwood, que el 31 de este mes cumplirá 90 años.

Debo reconocer para ser franco que cualquier película que dirija el señor Eastwood y él no interprete algún papel, para mi baja el listón y mucho, lo siento, pero es así. Richard Jewell es una interesante historia en muchos sentidos, una porque nos da la perspectiva real del poder de manipulación que tienen los medios de comunicación, quienes son capaces de un día elevarte a los altares y poco después hacerte descender a lo más profundo del infierno. Esto lo veremos claramente en el desarrollo de la película.

Por otro lado, expone el poco control que se tenía antaño a la hora de acoger a personas para formar parte de profesiones tan particulares como guardia de seguridad o policía, cuando conozcan a Richard y sus flipadas, me entenderán. Yo particularmente no lo pondría ni para guardarme las cabras en el corral. Ahora puedo entender perfectamente como sólo 5 años después de los acontecimientos que se narran en ésta historia, se produjo el atentado terrorista más grande en suelo americano. El despropósito es increíble.

Y por último, comprobamos que el trabajo del FBI hasta el otro día, dejaba mucho que desear, más interesados sus miembros en colgarse medallitas y hablar delante de la cámara de turno, que de resolver un problema y descubrir al verdadero culpable.

El argumento en si trata de un atentado que se produjo durante los juegos olímpicos de Atlanta 1996 y donde un guardia de seguridad, alerta de ello y evita una masacre, siendo primero considerado un héroe y poco después, pasando a ser el principal sospechoso. El film nos contará ese tiempo después de dicho suceso y en que se convirtió su vida.

En el reparto, Paul Walter Hauser está increíble, no solo en dar la apariencia de la no normalidad total de Richard, sino en la caracterización del equipo de maquillaje, lo dejan exactamente igual que el verdadero. Por otro lado, Sam Rockwell se curra un personaje fantástico en la piel del abogado de Jewell. A Kathy Bates la veo simplemente cumplidora por el escaso papel que le encomendaron.


La peli es entretenida en parte, quizás se deja ver más con la expectativa de lo que ocurrirá, que más por lo que ofrece durante la proyección.