Otra vez con la dirección de Francis Lawrence, luego del buen trabajo realizado en la segunda entrega de la saga ‘En Llamas’, llega la primera parte del capítulo que pone fin a la historia, bajo esa nueva mala y marketinera moda de contar los finales en dos películas, situación que en Sinsajo no funciona.

Y es que toda la Parte 1 de Sinsajo carece de ritmo y se torna una especie de larga transición a lo que seguramente veremos en la Parte 2, dentro de un año, película que pondrá el clímax y cierre definitivo a la historia.

Luego de ser rescatada, a Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) la conducen en secreto al Distrito 13, donde le proponen convertirse en la cara visible de la rebelión, el Sinsajo, para generar empatía con el resto de los distritos en la lucha contra el Capitolio.

La presidenta Coin (la siempre efectiva Julianne Moore) y su asesor Plutarch Heavensbee (el gran Philip Seymour Hoffman en uno de sus últimos trabajos), pondrán en marcha la maquinaria como si de una gran campaña publicitaria se tratase para mostrar a Katniss al frente de la rebelión, para contrarrestar la campaña del Capitolio quien tiene a un adormecido Peeta como su contraparte, lo que generará un gran dilema en la propia Katniss.

A pesar que la trama se sigue con interés, apoyada en mucho por el gran talento de Lawrence, que hace lo que puede ante un guión que no le brinda demasías posibilidades, la película se torna discursiva y explicativa en exceso, con escasos momentos de acción y nada de tensión, ya que eso está reservado para el capítulo final.

Así, la rebelión queda sólo en el papel y no logra contagiar a los responsables de Sinsajo, que logran una película blanda y convencional lejos del discurso que plantea la historia, pero que conseguirá, sin dudas, el objetivo de gran recaudación.