"Rompedientes", de la casa Disney, aparentemente peli inofensiva de risa, de esas que tan bien hacen los americanos para ganar dinero... Pero hasta la historia más insustancial transmite al espectador en general, y cuánto más a los peques, su carga ideológica y en ésta los mensajes no pueden estar más claros:
Al principio creía que se trataba de la típica familia americana: Papá guapo, mamá guapa, adolescente tímido y cabreado y niña rubita monísima, sin olvidarme la mascota... todos muy felices y sonrientes gracias a que no les falta de nada y se quieren mucho... Así toda clase de púbico tiene con quien identificarse y sube la audiencia y la taquilla, que de eso se trata.
Pero a poco la primera sorpresa: El hombre le dice a la niña que el billetito de dólar que hay debajo de la almohada, en lugar del diente caído, no lo ha puesto el hada de los dientes (el equivalente a nuestro ratoncito Pérez). La madre se enfada con él y le dice que es ella la que tiene el derecho de decidir el momento de desencantar a su hija; por lo cual, con gran autoridad, le castiga a no compartir su lecho esa noche y en la siguiente escena se le ve al pobre todo desasosegado durmiendo solo, como un niño que echa de menos a su mamá (solo le falta el osito de peluche) Todo se arregla con un ramo de flores y unas escusas del balbuciente y contrito varón, que acepta la señora con cara de perdonavidas.
Pero es que resulta que el hombre guapo no es el padre de los niños, sino el novio de la mamá guapa, por lo visto el cuarto, y por eso anda mosqueado el adolescente, porque todos ellos intentan hacerse los simpáticos con el muchacho para camelarse a la mamá.
¿Y dónde está el auténtico papá?... Pues no aparece para nada en toda la película ni se hace la más mínima mención de él... No sabemos si habrá sido inseminación artificial de un donante anónimo (el sueño de las feministas para deshacerse definitivamente de la figura del padre y ser ellas las únicas que parten el bacalao en el hogar) o si habrá por ahí un "pringao" que, aparte de los genes que puso en su día, está poniendo ahora la pasta... Viuda no creo, porque en estos casos los guionistas no pueden resistirse a poner la nota sensible recordándole en algún momento por boca de alguno de sus huérfanos...
Nada de nada, no hay padre por la sencilla razón de que no importa para nada. El guaperas resulta ser un tío guay que se lleva de puta madre (nunca mejor dicho) con los chavales y todos acaban felices, como debe ser...
En fin "El Rompedientes" parece salido del delirio de una feminista resentida deseosa de humillar la figura masculina. El protagonista es un musculado mozo con pinta de chulo de playa (desgraciadamente ya le he visto en papeles similares y lo hace bordado) cuya principal cualidad es pegar mamporros en el hockey sobre hielo y jugar al póker. Es la perfecta personificación del "hombre objeto", justa venganza (pensarán muchas) de la consideración que, desgraciadamente, todavía hoy, tiene la mujer para muchos hombres.
Es el reflejo de tantas historias machistas como las que he visto en películas de mi infancia y mi juventud. Yo creía que se trataba de superar aquello, pero parece que no. El mensaje de la nueva ideología de género es claro: JODEROS QUE AHORA NOS TOCA A NOSOTRAS. Y se quedan tan convencidas de que eso es igualdad y quien opine lo contrario es que es un machista prepotente.