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Voto de Cruz :
10
1 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gusta este tipo de películas, pero hace mucho tiempo que no veía una y me ponía de los nervios ver las bobadas que hacían los personajes, que ya sé que forma parte del terror, o del suspense, pero, aun así, ¡madre mía!
A pesar de todo, conseguí llegar hasta el final y me dio mucha más satisfacción de lo que esperaba. Resultó ser una película coherente, con buenos actores y unos movimientos de cámara vertiginosos. Un giro catártico en el transcurrir de los acontecimientos Y un final muy bueno. Así que, por todo eso, le he dado una nota de diez,
La verdad es que la película no te lleva a engaños en ningún momento y eso se agradece.
A pesar de todo, conseguí llegar hasta el final y me dio mucha más satisfacción de lo que esperaba. Resultó ser una película coherente, con buenos actores y unos movimientos de cámara vertiginosos. Un giro catártico en el transcurrir de los acontecimientos Y un final muy bueno. Así que, por todo eso, le he dado una nota de diez,
La verdad es que la película no te lleva a engaños en ningún momento y eso se agradece.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La historia transcurre en Canadá y empieza con los protagonistas en el coche, una pareja que vive en la ciudad y el chico quiere enseñarle a la chica los preciosos parajes a los que había ido tantas veces con su familia para hacer senderismo y llegar a un precioso lago.
Ya ahí vemos la dinámica entre los dos: ella siempre tiene que ceder ante él, porque, oye, él es el chico. De hecho, nos lo presentan como una persona segura de sí misma, un poco ganso, y ella, pues, como una niñita que le ríe todas las gracias, aunque se ve claramente que no le hacen ninguna gracia, pero bueno, no va a desairar al chico.
Llegan al parque, entran en la tienda y el chico rechaza el mapa que le ofrecen porque, oye, que él ha ido muchas veces y se lo conoce como la palma de la mano. Y bueno, ya piensas, pues mal, siempre tienes que llevar un mapa, sobre todo porque, como le dice el encargado, es otoño y el tiempo puede cambiar de un momento a otro. En fin, pista número uno, esto no va a acabar bien.
Van al coche, se hacen una foto con el móvil de ella, del que él se queja. Sutil pista número dos.
Llegan con la barca a la otra orilla: más pistas... Pero he de decir que como le ves tan seguro de sí mismo y ella es la primera vez que hace una excursión de ese tipo, pues, oye, te conquista y te crees todo lo que dice.
Acampan la primera noche: aquí ya empieza a ponerse alguna carta bocarriba.
Y mientras se preparan para hacer una hoguera aparece un personaje inquietante, también propio de este tipo de películas. Un diez aquí a todo, sobre todo al actor. La verdad es que yo me puse del lado del chico, la familiaridad con la que la chica habla con el extraño a mí me puso muy nerviosa. Que de eso se trata, ¿no? Ja, ja. Bueno, pues aquí conocemos algo más de nuestros protagonistas. Pues resulta que ella es abogada y él, está trabajando como paisajista y piensa montar una empresa con un amigo y, bla, bla, bla, vamos, que no está satisfecho con lo que hace, aunque a ella no le importa. Y así empieza un diálogo de machitos entre los dos chicos. Por suerte, el inquietante extraño se va. ¿Volverá a salir en la peli?
A partir de aquí, nos siguen dando pistas de la tragedia que se presagia: un ciervo descuartizado por un oso, una cama de osos, ellos tocando los árboles y, por lo tanto, dejando un rastro, como cuando cuelgan los calcetines ensangrentados de él.
Y llega el final, que es lo que más me ha gustado, cuando se produce el giro de los acontecimientos. Un momento de catarsis. Vamos, que llegan al final del camino y resulta que... ¡no hay lago! ¡Solo hay árboles! Y no tienen mapa, porque, como bien vimos al principio, él lo rechazó. Pero, aún peor, la chica no tiene el móvil, porque el chico se lo escondió en el coche (aunque también es verdad que como él dice a continuación, no habría cobertura, pero, aun así, no estaba en su derecho de hacer eso). ¡Ah, desesperación! ¡Y unas ganas de pegarle al tío...!
Y ahí ya ella se enfrenta a él, ¡por fin, la verdad! Como es lógico hoy en día, le llama "perdedor", "looser" en inglés, una palabra tan común en EE. UU. y que, afortunadamente, aquí no tenemos. A mí, particularmente, me parece un concepto horrible. El chico simplemente está pasando una mala época en su vida desde el punto de vista laboral, o incluso más existencial, de qué está haciendo con su vida, como nos cuentan mientras cenan con el extraño que se cruza en su camino.
Total, que al final se giran las tornas y ella, la urbanita, la niñita que nos han presentado durante todo el tiempo, es en realidad una fiera y una superviviente. Y ella sola se salva. Y ahí está el extraño para socorrerla. Y se agradece que pase así y que la historia termine con un tono positivo y una música con futuro.
Por otro lado, y en un segundo visionado, he de decir, en defensa del chico, que al final él le dice a ella que se ponga detrás, y el oso va a por él. Pobre, ¡no había necesidad de haber llegado a esto!
Ya ahí vemos la dinámica entre los dos: ella siempre tiene que ceder ante él, porque, oye, él es el chico. De hecho, nos lo presentan como una persona segura de sí misma, un poco ganso, y ella, pues, como una niñita que le ríe todas las gracias, aunque se ve claramente que no le hacen ninguna gracia, pero bueno, no va a desairar al chico.
Llegan al parque, entran en la tienda y el chico rechaza el mapa que le ofrecen porque, oye, que él ha ido muchas veces y se lo conoce como la palma de la mano. Y bueno, ya piensas, pues mal, siempre tienes que llevar un mapa, sobre todo porque, como le dice el encargado, es otoño y el tiempo puede cambiar de un momento a otro. En fin, pista número uno, esto no va a acabar bien.
Van al coche, se hacen una foto con el móvil de ella, del que él se queja. Sutil pista número dos.
Llegan con la barca a la otra orilla: más pistas... Pero he de decir que como le ves tan seguro de sí mismo y ella es la primera vez que hace una excursión de ese tipo, pues, oye, te conquista y te crees todo lo que dice.
Acampan la primera noche: aquí ya empieza a ponerse alguna carta bocarriba.
Y mientras se preparan para hacer una hoguera aparece un personaje inquietante, también propio de este tipo de películas. Un diez aquí a todo, sobre todo al actor. La verdad es que yo me puse del lado del chico, la familiaridad con la que la chica habla con el extraño a mí me puso muy nerviosa. Que de eso se trata, ¿no? Ja, ja. Bueno, pues aquí conocemos algo más de nuestros protagonistas. Pues resulta que ella es abogada y él, está trabajando como paisajista y piensa montar una empresa con un amigo y, bla, bla, bla, vamos, que no está satisfecho con lo que hace, aunque a ella no le importa. Y así empieza un diálogo de machitos entre los dos chicos. Por suerte, el inquietante extraño se va. ¿Volverá a salir en la peli?
A partir de aquí, nos siguen dando pistas de la tragedia que se presagia: un ciervo descuartizado por un oso, una cama de osos, ellos tocando los árboles y, por lo tanto, dejando un rastro, como cuando cuelgan los calcetines ensangrentados de él.
Y llega el final, que es lo que más me ha gustado, cuando se produce el giro de los acontecimientos. Un momento de catarsis. Vamos, que llegan al final del camino y resulta que... ¡no hay lago! ¡Solo hay árboles! Y no tienen mapa, porque, como bien vimos al principio, él lo rechazó. Pero, aún peor, la chica no tiene el móvil, porque el chico se lo escondió en el coche (aunque también es verdad que como él dice a continuación, no habría cobertura, pero, aun así, no estaba en su derecho de hacer eso). ¡Ah, desesperación! ¡Y unas ganas de pegarle al tío...!
Y ahí ya ella se enfrenta a él, ¡por fin, la verdad! Como es lógico hoy en día, le llama "perdedor", "looser" en inglés, una palabra tan común en EE. UU. y que, afortunadamente, aquí no tenemos. A mí, particularmente, me parece un concepto horrible. El chico simplemente está pasando una mala época en su vida desde el punto de vista laboral, o incluso más existencial, de qué está haciendo con su vida, como nos cuentan mientras cenan con el extraño que se cruza en su camino.
Total, que al final se giran las tornas y ella, la urbanita, la niñita que nos han presentado durante todo el tiempo, es en realidad una fiera y una superviviente. Y ella sola se salva. Y ahí está el extraño para socorrerla. Y se agradece que pase así y que la historia termine con un tono positivo y una música con futuro.
Por otro lado, y en un segundo visionado, he de decir, en defensa del chico, que al final él le dice a ella que se ponga detrás, y el oso va a por él. Pobre, ¡no había necesidad de haber llegado a esto!