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España España · Madrid
Voto de SyckBoy:
8
Thriller. Acción. Terror Red (Nicholas Cage) es un leñador que vive alejado del mundo junto al amor de su vida, Mandy (Andrea Riseborough). Un día, mientras da un paseo abstraída en una de las novelas de fantasía que suele leer a diario, Mandy se cruza sin saberlo con el líder de una secta que desarrolla una obsesión por ella. Decidido a poseerla a cualquier precio, él y su grupo de secuaces invocan a una banda de motoristas venidos del infierno que la raptan ... [+]
21 de octubre de 2018
23 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sitges, día 3.

Me tomé el día con bastante calma. Lo dediqué a visitar las diferentes exposiciones de la ciudad y a dar paseos en bici. A las 7 siete de la tarde ya estaba haciendo cola para entrar al cine Retiro a ver una de las películas más comentadas desde hace días: Mandy. En la rueda de prensa del día anterior su director, Panos Cosmatos, me había dejado desconcertado con su pinta de heavy ochenteno fumeta y su descripción del film como una “‘opera rock volcánica”. A esto se unía la presencia del inefable Nicholas Cage, alguien que desde su desatada interpretación en el Teniente corrupto de Herzog me tiene fascinado por su capacidad para llegar a lugares donde muy pocos se atreverían, y sin ningún miedo a hacer el ridículo si hace falta.
Desde luego la descripción de Costamos no podía ser más acertada, al menos para el ambiente vivido aquella tarde en el cine Retiro. Era como estar en un concierto. El público ya estaba entregado de antemano, como aquél que va al show de su artista favorito. Durante los títulos de crédito la gente enloqueció al ver que la banda sonora era de King Crimson (que podría ser perfectamente un título alternativo para la película) o simplemente con el primer plano de Cage. Personalmente, lo mejor de Mandy es su primera mitad. Uno asiste fascinado a ese universo paralelo creado por Costamos de colores magenta, granate y azul, muy en la línea de un giallo alucinado, así como a la loca presentación de los villanos y sus fechorías psicotrópicas. Es como si en un oscuro cuento, Cage y Mandy vivieran en una especie de Edén visitado repentinamente por fuerzas del averno. La segunda mitad, la enloquecida y mastodóntica venganza, renuncia por completo ya a cualquier atisbo de realidad o verosimilitud (si en algún momento la hubo), para caer en una orgía visual absoluta. Entre lo atroz, lo cómico y lo absurdo, Costamos crea un ambiente inenarrable. Y ahí empezó el concierto realmente. El público no sólo aplaudía: gritaba, chillaba, pataleaba, reía… Fue un festín visual y sonoro absoluto, pues la música no dejaba de atronar y el estilo visual aún se volvía más abigarrado según avanzaban los minutos. En el plano final el público se puso en pie estuvo aplaudiendo un par de minutos. El subidón era tremendo y la sensación de ir colocado a la salida del cine era más que disfrutable.
Si hubiera visto Mandy en mi casa o en un pase convencional en Madrid, seguramente pensaría diferente, pero lo de aquél día en el cine Retiro fue una celebración del cine tan grande que no puedo más que rendirme a Cosmatos, Cage y Mandy.

(Extracto del artículo "5 días en Sitges", dentro del blog "Antes de parpadear" https://robergcuesta.wixsite.com/antesde)
SyckBoy
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