Al acercarme a "El Rey Inmortal Está Perdido", lo hice con la esperanza de encontrar una joya dentro del género de la ficción al estilo de "One Punch Man", "Mob Psycho 100" o "Mashle". Estas narrativas, similares a los cómics de Superman, donde el protagonista se ubica en el vértice de la pirámide de poder, siempre han captado mi interés. Lo fascinante de estas historias es observar cómo enfrentan sus "dificultades" cotidianas, las cuales reflejan su personalidad y guían sus acciones.

Sin embargo, esta serie, a pesar de su aclamación en China, no logra destacarse ante las numerosas historias similares. La trama principal y el desarrollo de la serie palidecen en comparación, careciendo de humor, una personalidad definida para el protagonista y personajes profundos. La falta de dinamismo en sus pensamientos o acciones, sumado a un protagonista poderoso pero monótono y sin carisma, deja mucho que desear. Aunque se insinúa que debe controlar sus emociones, se pierde la oportunidad de explorar destellos de estas.

La serie recurre a situaciones y personajes cliché, tanto locales como internacionales, sin aportar novedad. Aunque es justo reconocer la alta calidad de su animación, sonido y estilo artístico, quienes busquen una trama envolvente, historia rica o personajes memorables podrían encontrarse con una decepción.

"El Rey Inmortal Está Perdido" podría haber sido una adición valiosa al género, pero se queda corta en varios aspectos fundamentales. Aunque visualmente impresionante, en el ámbito narrativo, es un camino que quizás no merezca ser recorrido.