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Voto de paupiamontesa:
2
5,3
14.555
Thriller. Terror
Nancy (Blake Lively) es una joven que trata de superar la pérdida de su madre. Un día, practicando surf en una solitaria playa mexicana se queda atrapada en un islote a sólo cien metros de la costa. El problema está en que un enorme tiburón blanco se interpone entre ella y la otra orilla. (FILMAFFINITY)
17 de septiembre de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me considero un poco friki del género tiburones/cocodrilos/serpientes/animales de cualquier tipo comehumanos , y creo que he visto suficiente cine basura para distinguir una buena película. Esta NO LO ES. De hecho, opino que Sharknado 5, aún sin estrenar (y desconozco siquiera si está en proyecto de rodaje) tendrá más argumento que esta "obra maestra" de Jaume Collet-Serra. Bien es cierto que tampoco me esperaba mucho partiendo de la base argumental de otras de sus películas como La casa de Cera (remake de la peli del 53 protagonizada por Vincent Price, bastante mal llevado), pero al menos confiaba en que hubiese alguna situación emotiva que conectase con el espectador, como la irrisoria muerte de París Hilton a manos de los responsables del Museo de Cera. ¡Ni siquiera eso, Jaume! ¿Por qué nos haces esto?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Como elenco de personajes, queridos Jaume y Anthony Jaswinski, pensáis que la opción más exitosa es presentarnos a una texana maciza y surfista que cual Sirenita pasa las horas en una roca; con su amiga la gaviota Scuttle; con sus otros colegas la ballena muerta y maloliente (que además suelta ¿grasa inflamable?. No sé. Que alguien me explique esa parte) y el tiburón malote de por lo menos 10 metros, que puede cargarse a tres mexicanos sin pestañear, pero que solo juega a los "besitos" con la protagonista (claro hombre, que se tiene que notar que Blake es hija del rey Tritón de todos los mares), en una playa idílica de México.
A esto le añadís unos toques de "gracia" con una presentación de personajes llena de simpatía y buen gusto (nótese la ironía. Óscar Jaenada, con lo que me gustas, ¿tan mal vas de dinero para hacer esto?), hasta el punto de que deseas que el tiburón se coma a la protagonista y a todos los seres de esa playa (menos al niño del final, el único con talento de toda la película).
Lo aderezáis con una sobredosis de dramón familiar hollywoodiense, rodado además en "subplanos" de pantallas de móvil.
Le ponéis una pizca de mundo mágico con un banco GIGANTESCO de medusas fluorescentes que parecen sacadas de La vida de Pi. ¡Por dios! ¡¿Pero qué coj...?!
Y salpimentáis con un final de superheroína de Marvel, incluyendo (en una clara alusión, desde mi punto de vista, a la antes citada muerte de París Hilton) un ultra creíble empalamiento en hierros submarinos del tiburón, que ni en las Olimpiadas tienen más acierto.
Y a este engendro que llamáis película, estimados Jaume y Anthony, se le ha considerado el sucesor de Jaws de Spilberg. Vaya tela como está el mercado.
Igual que en su día pensé de El Renacido (y salvando evidentemente las distancias porque en la de Iñárritu, además de paisajes y fotografía espectaculares, había buenas actuaciones), creo que los directores deberían dejar de fumar tantos porros viendo documentales del National Geographic.
A esto le añadís unos toques de "gracia" con una presentación de personajes llena de simpatía y buen gusto (nótese la ironía. Óscar Jaenada, con lo que me gustas, ¿tan mal vas de dinero para hacer esto?), hasta el punto de que deseas que el tiburón se coma a la protagonista y a todos los seres de esa playa (menos al niño del final, el único con talento de toda la película).
Lo aderezáis con una sobredosis de dramón familiar hollywoodiense, rodado además en "subplanos" de pantallas de móvil.
Le ponéis una pizca de mundo mágico con un banco GIGANTESCO de medusas fluorescentes que parecen sacadas de La vida de Pi. ¡Por dios! ¡¿Pero qué coj...?!
Y salpimentáis con un final de superheroína de Marvel, incluyendo (en una clara alusión, desde mi punto de vista, a la antes citada muerte de París Hilton) un ultra creíble empalamiento en hierros submarinos del tiburón, que ni en las Olimpiadas tienen más acierto.
Y a este engendro que llamáis película, estimados Jaume y Anthony, se le ha considerado el sucesor de Jaws de Spilberg. Vaya tela como está el mercado.
Igual que en su día pensé de El Renacido (y salvando evidentemente las distancias porque en la de Iñárritu, además de paisajes y fotografía espectaculares, había buenas actuaciones), creo que los directores deberían dejar de fumar tantos porros viendo documentales del National Geographic.