Como es obvio, mi máxima preocupación en este trabajo es la salvación o no de Kelly, es decir, Amber Heard. Confieso que estaba convencido de que se la iban a cargar a las primeras cambio pues no siendo la protagonista, aparece en la ficha en cuarto lugar, tiene todas las papeletas de rubia de buen ver eliminada por este siniestro psicópata que busca mujeres divorciadas o separadas e hijos para casarse con ellos y luego cargarse al equipo al completo. A mi no me queda claro cuál es la motivación de este señor. Parece ser que busca la familia perfecta pero me da la sensación de que en realidad lo hace porque es malo, muy malo y disfruta con lo que hace. Por cierto, lo de Kelly, habrá que ver qué ocurre (SPOILER).

Algún lector se habrá sentido un poco descolocado con esta explicación que sobrepasa lo expuesto en la sinopsis. De hecho, aquí se juega con la naturaleza del padrastro, ¿será bueno, será malo?, pero en la película queda perfectamente claro que es un asesino antes de que transcurran cinco minutos. Luego la intriga en este sentido desaparece, subiendo la que hace referencia a cuando lo van a descubrir y quién, lo cual tampoco es demasiado. Pese a un notorio aire a telefilme y un argumento muy típico, este remake de una inglesa de 1987, logra su objetivo como thriller familiar cotidiano. Y si no, tenemos a Amber Heard que pasa media película en bikini o ropa interior para dormir. Qué digo, más tiempo, 3/4 partes o aun más.