Escuece "Pearl Harbor", supongo que porque los buenos son los blancos y los malos, japoneses, cosa que unida al odio a los norteamericanos la convierte en una película detestable para los políticamente correctos. Desgraciadamente para ellos, la historia fue así, lo cual no quita que haya su dosis de propaganda estadounidense. Sin embargo, dejando al margen fobias personales, podremos disfrutar de un espectáculo taquillero y grandilocuente, en su momento fue la cuarta película más cara de la historia, con cierto atractivo y buen gusto, aunque más aparente que real: mucha pose pero poco contenido. De entrada reconozco que cuando la vi en su momento me decepcionó porque esperaba una cinta puramente bélica. En cambio, lo que es realmente es un drama romántico inserto en la Segunda Guerra Mundial, con el famoso ataque a Pearl Harbor como eje central. En ese sentido me recuerda mucho a "De aquí a la eternidad" (1953).

Admitamos que la película es blandita, que al principio es empalagosa y luego se hace un poco pesada en su intento de ser dramática y épica a la fuerza. Los 170 minutos de duración son claramente excesivos, lo que se podría haber aligerado, en vez de quitar, haciendo más cortas unas cuentas secuencias, como por ejemplo el bombardeo en Hawai, no obstante espectacular aunque también caótico por momentos. Aún así, pese a que es muy larga se digiere bien, porque es liviana, tiene una ambientación hermosa y los efectos visuales y de sonido son muy buenos. Por otro lado, la historia romántica es simplona y la solución, la más cómoda, pero al menos son guapos. Yo me quedo con Kate Beckinsale de enfermera. Mención especial a su amiga Betsy (Jaime King), cuyo personaje resulta traumático. Como curiosidad, Ben Affleck acabó casado en la vida real con Jennifer Garner, la que da vida a la enfermera con gafas.