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Voto de Reaccionario:
3
Drama. Thriller Dorian Gray (Ben Barnes) es un joven aristócrata muy atractivo que, después de haber pasado una solitaria adolescencia en el campo, regresa a Londres, donde ha heredado una mansión. Atraído por la vida nocturna, se sumerge en ella de la mano de Lord Henry Wottom (Colin Firth), que lo conduce a los antros más recónditos y sórdidos de la ciudad. Al joven le fascina el estilo de vida decadente y amoral de Wotton. Por otra parte, su ... [+]
28 de febrero de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mi vergüenza tengo que reconocer que no he leído la novela de Oscar Wilde por más que la lleve siguiendo desde lejos como dijo en cierta ocasión Sofía Mazagatos. Pero mi confianza en el autor británico es total y dudo mucho que hubiera escrito una cosa tal mal planteada como esta. Sí, en líneas generales me sonaba la historia pero aún así había momentos en los que, gracias a un montaje horroroso y a lo confuso del guión, no me enteraba de nada, ni cómo Dorian llega a esa situación, ni por qué, ni el poder que ejerce el cuadro, ni la magia que produce en terceras personas, pues parecen que están embrujadas. Tampoco entiendo bien a este trío Calatrava del que sólo puedo decir que Colin Firth es casi lo mejor de la película (lo mejor es Rachel Hurd-Wood), que Ben Chaplin es igualito a Antonio Banderas, concretamente cuando está pintando con unas gafas, y que Dorian Grey es un tonto inmenso que con todo lo que tiene, se rinde a las primeras de cambio sin ninguna necesidad. Como guinda a este insípido trabajo, un final muy flojo, larguísimo e irritante.

Lo que llama más la atención de esta película son las lecciones de Henry (Colin Firth), personaje de lo más odioso por malvado y cobarde a partes iguales. Todo queda resumido en una frase que le espeta a Dorian: "No te prohíbas nada". Algunos apuntan que Oscar Wilde denunciaba el puritanismo de la época pero visto lo visto no me queda nada claro. Es precisamente el dar rienda suelta a las pasiones, derribar los límites y hacerse como dice Gray "un Dios", lo que te lleva a la destrucción física y moral. Luego, como decía Freud, la represión es un pilar de la civilización. Mientras tanto, me quedo con una duda. Dorian Gray, con las de cientos o miles de mujeres que ha gozado, ¿por qué se ha enamora perdidamente de ésta y no de las demás? ¿Qué tiene diferente? Pues que es fea, feminista y activa. Observad como es ella la que aborda a Gray. En cambio, las otras como son guapas, femeninas, dependientes y pasivas, golfillas incluidas, pues no lo cautivan. A mí, en cambio, quién me cautiva es la guapísima Rachel Hurd-Wood. Preciosa cuando sale con ese lacito.
Reaccionario
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