"El capitán de Castilla" es una de las películas más deslabazadas que he visto. Se tiran minutos y minutos contándonos cosas que, en realidad, no son importantes. Luego cuando llega a América, la cosa no mejora, es más, el propio Tyrone Power pierde protagonismo, casi desaparece. Es como si hubieran querido meter en la película todo lo que se les pasaba por la cabeza: inquisición, aventuras, capa y espada, bélico, religioso, venganzas, amorios, etc. Por ejemplo, la historia con la bellísima Jean Peters, no tiene, ni pies, ni cabeza. Luego la historia, va a tirones, sin saber muy bien por donde va salir. Al final es un cacao que no tiene ni principio ni fin.