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Voto de Reaccionario:
4
Intriga. Acción 1991. El día de su jubilación, el veterano agente de la CIA Nathan Muir (Robert Redford) recibe la noticia de que su discípulo Tom Bishop, alias "Boy Scout" (Brad Pitt), se ha metido en un buen lío: acusado de espionaje, se encuentra en una cárcel china y será ejecutado en un plazo de 24 horas. Temiendo que este incidente pueda afectar a un acuerdo comercial entre EE.UU. y China, la CIA decide no intervenir. Así pues, para salvar a ... [+]
9 de febrero de 2013
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
A las alturas del 2001 el recientemente fallecido, en circunstancias extrañas, todo hay que decirlo, director británico Tony Scott no tenía ya nada que demostrar. Para el recuerdo nos había dejado un puñado de títulos que ya forman parte de la historia del cine, desde la popularísima "Top Gun" (1986) hasta la sensacional "Marea Roja" (1995) pasando por las estupendas "El Ansia" (1983), "El Último Boy Scout" (1991) y, seguramente, "Amor a quemarropa" (1993), de la que apenas recuerdo nada. Más tarde rodó "El Fuego de la Venganza" (2004), posiblemente su última gran película. Dicho lo cual, no me duelen prendas para reconocer que esta "Spy Game" es uno de los peores trabajos de Scott. Un intento fallido de retratar el mundo del espionaje lejos del glamour de un 007 pero tan intrincado, aparatoso y falto de acción que como te despistes, no te enteras de lo que pasa y hasta te duermes.

Con un inicio prometedor, se vuelve rápidamente aburrida, inconexa e irrelevante con una trama que se difumina por completo. No diría que está mal hecha, pero sí que el recurso de los flashbacks permanentes cansa y mucho. Mientras tanto vemos a un Nathan Muir (Robert Redford), para el que no pasan los años, enredado con sus colegas de la CIA y divagando sobre la biografía del agente Tom Bishop (Brad Pitt). Es que el tal Muir se pasa toda la película en los despachos y en reuniones con sus jefes. Ante esto uno se pregunta si tanto detalle sobre la vida de Tom tiene alguna importancia. Con tanto hablar se les ha olvidado de que supuestamente es una película de acción. Para compensar se trata de establecer una relación padre-hijo entre estos dos pero el intento no cuaja. La guinda a tal pastel son esos movimientos de cámara de Scott que conjuntados con la estridente música te pone la cabeza como un bombo.
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