Si es que no lo puedo entender. Una chica simpática, que te quiere, agradable, buena, dulce y encima con la figura de Gwyneth Paltrow, que está muy mona, ¿Qué necesidad hay de engañarla con otra? Si fuera espectacular, pues podría entenderlo pero Jeanne Tripplehorn o su Lydia no lo es, así que no me queda más remedio que sumarme a la afirmación de la protagonista: "Eres un cerdo y un inútil". Aclarado esto que me pone de mala leche, ya sabía yo que perder el metro, o cualquier otro medio de transporte, no podía deparar nada bueno. "Dos vidas en un instante" parte de precisamente esta premisa, lo que puede cambiar la vida de alguien por una diferencia tan mínima de cuestión de segundos, según los cuales te se puede escapar el tren o meterte en el vagón en el último momento.

El caso es que la comedia romántica-fantástica se desarrolla en dos líneas paralelas, con una Helen (Gwyneth Paltrow) que descubre la infidelidad y otra que no lo hace. Lo curioso del planteamiento es averiguar si Peter Howitt se decanta finalmente por la predestinación o por el azar. Es decir, si ambas tramas acaban confluyendo, con lo cual las pequeñas vivencias terminan en todos los mundos posibles en el mismo punto, o bien tu vida cambia radicalmente por un hecho en apariencia anecdótico. Mientras tanto, la película avanza impregnada de cierto sentido del humor muy británico pero sobre todo con mucha delicadeza gracias a unos personajes con los que sintonizas muy bien, todo sazonado con una banda sonora con un sonido muy pop y muy inglés. Veamos como acaban estos universos paralelos.