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Voto de toribiodeporra:
2
Animación. Infantil. Fantástico Cuentan las leyendas que, un día al año, durante la noche de San Juan, los humanos pueden acceder al mundo mágico de los duendes y las hadas, un lugar donde reina la armonía y en el que los sueños se hacen realidad. Elena, una joven inteligente y poco soñadora, no cree en leyendas. Sin embargo, su padre, el duque Teseo, está muy enfermo y ella haría cualquier cosa por devolverle la ilusión, incluso iniciar un viaje en busca de Titania, ... [+]
27 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy, haciendo zapping por las cadenas que mi operador de televisión me ofrece (no digo nombres) me he dado de bruces con esta película... Hace algún tiempo yo me dedicaba al mundo de la animación y por unos veinte años anduve, lápiz y pincel en ristre, colaborando en películas y series de televisión. Incluso, llegué a trabajar en el primer largometraje de Dygra, "El bosque animado"; por eso me suscitaba curiosidad saber en qué quedó ese proyecto ilusionante para el cual tuve que estampar mi firma en la "Biblia de los Monigotes" de los estudios gallegos y comprometerme a guardar la confidencialidad del proyecto que recién empezaba, el día que me invitaron a visitarles por si me interesaba sumarme al equipo. Estoy hablando del año 2004... Por circunstancias y, sobre todo, por muchos otros compromisos, no pudo ser. ¡Una pena!, recuerdo que exclamé entonces. Tomé el avión de vuelta a casa y me puse a otras cosas. Algunos años más tarde, mi vida profesional viró (entre otras razones, por el rumbo que iba tomando la industria) y me fui desvinculando poco a poco de este mundillo. Pero, aunque ya no me ganara las habichuelas recreando ambientes o insuflando vida a algún fantoche, seguí conservando claro el concepto de lo que estaba bien y de lo que no y, sobre todo, mantuve intacta mi pasión por el dibujo animado. Hoy, por uno de esos raros requiebros del destino, he visto parte de lo que no vi en su día. Y digo parte, porque he sido incapaz de verla entera. La he recorrido a saltos, escudriñando secuencias sueltas, un poco azorado, reconozco y con un asomo de vergüenza ajena mostrando la patita... No puedo hablar, pues, de guiones, ni de argumentos, ni siquiera de diálogos. Me he centrado en las imágenes y he dejado que me sobrevolaran lo justo para darme cuenta de la monumental chapuza que tenía delante. Puedo decir que, después de revisarla como os digo, este Sueño de una noche de San Juan me ha dado una paliza; sí, una de esas palizas que duelen más en el alma que en el cuerpo; una paliza inmisericorde, de mala factura y recursos torpes... Una paliza que te entristece sobremanera; una paliza que, al igual que la mula del papa del cuento de Daudet, ha esperado casi veinte años en reservar su coz para dármela ahora con toda la fuerza retenida durante este tiempo...

Sí, ¡una pena!, dije entonces con un regusto de desilusión y pesadumbre cuando supe que me sería imposible poner mi granito de arena en esta nueva aventura...
Lo que no sabía en ese tiempo es la alegría que me daría, años más tarde, el que mi nombre no acabara saliendo en la lista del equipo que la gestó.
toribiodeporra
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