No había suficiente con haber desafiado a Ivan Drago en 'Rocky IV' que un lustro después llegó una quinta secuela en el que el regreso al tono dramático y el regreso también de John G. Avildsen, Burgess Meredith (mediante flashabcks) y Bill Conti prometía dar una buena película. Ojalá.

En las cuatro cintas anteriores se veían dosis de buen cine (sobre todo en los primeros dos filmes) más unas dosis de correctos valores humanos y superación personal, pues aquí no hay ni uno ni otro; no dudo de las buenas intenciones de Stallone cuando escribió el guion, pero este filme nº5 no es como el Chanel nº5, sino como un perfume que apesta, como apesta esta 'Rocky V'.

Mientras que en todas las aventuras de Rocky había esa combinación de buen cine y valores, todo eso se va a la basura en esta secuela. Stallone inventa una trama de celos en su hijo para dar relevancia al papel de su hijo Sage Stallone que más que valores son anti-valores. No me creo que el mismo hombre que quiere con toda su alma a Adrian y soporta los golpes en el cuadrilátero y fuera de él sin perder la positividad cometa esta estupidez que solo haría un mal padre cuando ya se dejó claro que Balboa no lo era. Una historia que se podrían haber ahorrado.

Por otro lado, la narración que involucra a Tommy Gunn y a George Washington Duke no estaba mal al inventar un nuevo camino donde se ve al Rocky entrenador y el lado corrupto del boxeo profesional, mas aquí falla también; a Gunn no se le ve carisma ni una personalidad atractiva recayendo en los mismos defectos que Clubber Lang, por lo que ni siquiera en la primera mitad me cae bien. Qué decir de la resolución en la calle, una persona de los valores de Rocky ve bien resolver las cosas como un matón de barrio, sin clase ninguna. La misma clase que esta cinta no tiene.

Este guion debería haberse perfeccionado bastante, quitar una trama tonta como la de los celos y apostar por mostrar a Rocky siendo el nuevo entrenador y mostrar más en profundidad y con más categoría el lado oscuro del boxeo. Es un tropiezo al que hay que tomarse con filosofía, nadie está exento de tropezar e incluso cuando 'Sly' es Rocky no se libra tampoco.

Por suerte, este no fue el último asalto.