El Cuarto mandamiento fue la segunda película de Orson Welles, y como en la primera, demostró nuevamente que nos encontrábamos con un genio, y no sólo hablo de la técnica de la película, sino de la descripción y el tratamiento de los personajes, que hace el que fuera marido de Rita Hayworth.

Es admirable la fotografía e iluminación de la película, el claroscuro y la luz, se entremezclan ofreciendo planos inolvidables. Banda sonora es igualmente buena, y todo el reparto está espectacular, destacando Agnes Morehead, como la tía Fanny, un personaje lleno de matices.

A pesar de que he visto la versión "mutilada", me dejó muy buen recuerdo, seguramente, no tanto como el que le dejó a su director, quien vio como Hollywood daba la espalda a esta obra maestra.