Me ha parecido una película muy compleja, mucho más que durante el primer visionado allá por los ´90. Es fascinante lo que acarrea el tener (o no tener) dinero o cosas materiales: si se tiene uno se convierte en un embaucador para conseguirle a su extraña mujer todos los caprichos posibles, en este caso de índole morbosa-sexual-paranoica, y si no se tiene (cosas materiales) te conviertes en una nada total y absoluta a la espera de tener (dinero o cosas) como les pasa a "los clientes" del liquidador.
La música es fantástica y transmite toda la crudeza de la historia, la cual se bifurca en varias ramas a la vez. El final es esquizoide y kafkiano a más no poder, por eso me encanta. El sentimiento final para el espectador es el de tristeza junto con el de vacío. A mí es lo que me ha pasado.
Fotografía magnífica y dirección a la altura. Actores a un nivel muy alto.
Se merece un 8 ALTO, venga un 9.