Nada nuevo bajo el sol de los thrillers. La historia (basada en hechos reales) de un asesino en serie que asoló Alaska matando prostitutas en la década de los 70 y 80 se nos entrega de una manera rápida y sin cuidado. Porque desde un inicio ya sabemos quién es el susodicho asesino, e incluso la policía lo sabe. Entonces el aliciente se pierde. Pero se pierde aún más si se deja de lado la crueldad y los asesinatos y se centran en el policía (Cage) y en la prostituta protagonista. De Cage hay que decir que su actuación sigue su línea: plana como un folio. Y de Cusack, pues lo dicho, no se explota su faceta hasta los últimos quince minutos del metraje; y es una gran pena.

Lo siento, pero opino que esta película no aporta nada nuevo y que las interpretaciones y el guion son más bien flojos. Puede decirse a su favor que entretiene en determinados momentos, pero para mí eso no es suficiente.