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Voto de Taylor:
5
4 de febrero de 2016
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al grano y sin anestesia: “Diablo” es, a mi juicio, un fallido intento de ambientar un episodio de “The Twilight Zone” en el oeste que no va a satisfacer ni a los amantes del cine fantástico ni, mucho menos, a los devotos del western.
Dicho esto, aclarar que no la he cateado porque los paisajes son bonitos, porque cada vez que aparece Goggins la peli gana enteros a mogollón, porque me da la sensación que, pese al traspié, Roeck tiene más talento del que parece (algún plano es francamente bueno) y porque —para qué nos vamos a engañar— suelo sobrevalorar casi todos los western que veo.
A pesar de todo, lo dicho: “Diablo” es floja, floja, floja. En primer lugar porque, pese al parecido físico y a las muecas que de su padre ha heredado, Scott Eastwood no es Clint Eastwood. Le falta dureza, presencia y carisma. En segundo, porque el guión es un auténtico fiasco. Con una historia que no se la cree ni el tato y unos giros que más que girar, derrapan. Y en tercero, porque la falta de presupuesto y de ideas (alguna toma de dron está bien pero tampoco es necesario abusar) se notan y mucho. Pero lo peor de todo es que la peli me resulta plomiza, aburrida, soporífera. Y eso, teniendo en cuenta que tan sólo dura 83 minutos, es muy grave. En fin, que una peli que podría haber sido hasta resultona si se hubiera limitado a tirar de tópicos tan spaghetteros como la venganza, por ejemplo, o que incluso podría haber parecido inteligente si hubiera sabido contar con cierto sentido la dramática historia de un soldado con estrés postraumático se queda, finalmente, en un absurdo e inocuo experimento tan solo apto para yonkis del western contemporáneo. Una pena.
Dicho esto, aclarar que no la he cateado porque los paisajes son bonitos, porque cada vez que aparece Goggins la peli gana enteros a mogollón, porque me da la sensación que, pese al traspié, Roeck tiene más talento del que parece (algún plano es francamente bueno) y porque —para qué nos vamos a engañar— suelo sobrevalorar casi todos los western que veo.
A pesar de todo, lo dicho: “Diablo” es floja, floja, floja. En primer lugar porque, pese al parecido físico y a las muecas que de su padre ha heredado, Scott Eastwood no es Clint Eastwood. Le falta dureza, presencia y carisma. En segundo, porque el guión es un auténtico fiasco. Con una historia que no se la cree ni el tato y unos giros que más que girar, derrapan. Y en tercero, porque la falta de presupuesto y de ideas (alguna toma de dron está bien pero tampoco es necesario abusar) se notan y mucho. Pero lo peor de todo es que la peli me resulta plomiza, aburrida, soporífera. Y eso, teniendo en cuenta que tan sólo dura 83 minutos, es muy grave. En fin, que una peli que podría haber sido hasta resultona si se hubiera limitado a tirar de tópicos tan spaghetteros como la venganza, por ejemplo, o que incluso podría haber parecido inteligente si hubiera sabido contar con cierto sentido la dramática historia de un soldado con estrés postraumático se queda, finalmente, en un absurdo e inocuo experimento tan solo apto para yonkis del western contemporáneo. Una pena.