Por momentos, “Una aventura extraordinaria” está tan bien hecha, con un enfoque tan optimista y buenrollero que parece la típica película Disney de esfuerzo y superación basada en hechos reales con alguna que otra licencia justificable. Luego consultas la documentación técnica y ves que no es Disney, pero todo lo demás sigue ahí, así que como si lo fuera.

El gran mérito de la película es haber seleccionado una historia que lo tiene todo: ballenas atrapadas, espectaculares paisajes gélidos, algo de amor, mucho sentido del deber, humor sensible… coño, por tener, tiene hasta momentos de tensión en medio de la Guerra Fría y gente anteponiendo la humanidad a la política. Es todo tan ideal, que deseas con todas tus fuerzas que haya mucho de verdad en todo lo que se cuenta y, aunque sospeches que en algunos puntos puede haber algo de exageración, es perfectamente obviable y la licencia está perfectamente justificada. Luego la historia gana en colorido cuando le pones actores conocidos, pero sin ser de primera línea, de esos que parecen aportar mucha intensidad porque saben que se tienen que ganar el puesto en cada película. Y como la fotografía se vende sola, el conjunto es una obra disfrutable sólo o en compañía, en pareja o en familia.

Muchos momentos divertidos, alguno triste, pero siempre con mucha tensión de la buena, de la que te tiene enganchado a la pantalla para bien. A disfrutarla.