Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de OsitoF:
4
Comedia Un grupo de pacientes coincide en la consulta de un eminente psicólogo, todos ellos aquejados de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo). Pero como el médico se retrasa, tendrán que esperarle intentando mantener a raya -o no tanto- sus manías, impulsos, convulsiones, obsesiones y rituales. Adaptación de la famosa obra teatral del autor y humorista francés Laurent Baffie. (FILMAFFINITY)
9 de noviembre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No entiendo esa manía de llevar al cine obras de teatro que han tenido cierto éxito de público (de la otra manía, la de llevar al cine obras de teatro que no ha ido a ver ni Dios, que también existe, ya ni hablo). ¿Qué aporta trasladar una obra desde el escenario hasta una película? Si la adaptación es purista, las posibilidades del cine se desaprovechan y la pantalla se suele hacer inmensa para una acción confinada a un escenario reducido con un ritmo limitado a algo próximo al tiempo real. Si, por el contrario, la adaptación es generosamente libre y se queda con los elementos narrativos esenciales, los entendidos suelen cabrearse por no respetar el original o por falta de ideas y, en general, las críticas están aseguradas. De verdad que no lo entiendo. ¿Por qué no dejar cada cosa en su sitio? ¿Por qué esas películas donde uno o dos actores no dejan de parlotear en una habituación (o un simulacro simbólico de habitación) durante dos horas? ¿O en las que un escritor discute metafóricamente hora y media con una idealización de su musa?.

Salvo, claro, que la finalidad de la adaptación no sea coger una idea y contarla de una forma distinta o de una manera mejor, sino, simplemente, intentar estirar el concepto para recaudar dinero de la gente que nunca va al teatro. Vamos, que hay gente que le gusta el rollo teatro y van a ver todo lo que le echen porque les gusta la experiencia y gente que no pisa el teatro así fuese gratis y en cambio tiene como plan de los sábados meterse en una sala a ver la película que toque. Así que el plan sería exprimir todo lo posible la obra teatral y luego sacarla en formato peli para seguir haciendo caja. Es sólo una teoría, pero yo creo que Toc-Toc” va en esta línea. Utiliza las posibilidades del cine para expandir un poco el escenario principal (el consultorio de un psicólogo) y mostrar localizaciones contiguas que, las tablas teatrales no soportan, como el recibidor, el rellano de la escalera o el portal del edificio y también para reforzar algún diálogo ingenioso con algún efecto de montaje o un encuadre particularmente oportuno. En todo lo demás consigue su objetivo de ser la conocida obra de teatro, pero en pantalla grande y con caras más conocidas en los papeles principales

Sin haber visto la obra teatral, yo creo que la adaptación pierde por lo que comentaba antes de que la pantalla se puede hacer muy grande y chistes y chascarrillos que funcionan en el cara a cara, en el petit comite, se diluyen en el cine. Especialmente porque falta la complicidad con el espectador inherente al teatro que hace que los diálogos entre actores no sean sólo entre ellos, sino que el público se siente parte de cada frase, de cada sentencia, de cada chiste y los propios intérpretes modulan el mensaje según el pálpito que perciben por las reacciones de los espectadores. “Toc-Toc” mapea directamente los gags desde las tablas al set de rodaje sin considerar adaptación alguna y la mayoría, por no decir todos, quedan fríos y desangelados. Ni siquiera se ha tenido en cuenta el eliminar ciertas pausas que se dejan para acoger las risas del público ni en pulir transiciones entre secuencias que en el teatro se rellenan con los aplausos del público. Tampoco se ha considerado dar más profundidad a aquellas escenas que resultan complejas en el minimalismo del teatro, pero resultan simples en el mundo del cine.

Y, a decir verdad, por diversos motivos las interpretaciones no son demasiado afortunadas. Paco León pierde mucho cuando interpreta un papel que no se ha escrito él mismo, igual que Rossy de Palma cuando el personaje no se ha definido pensando en ella y sus particularidades. Adrián Lastra no coloca correctamente un gesto ni una mueca cuando le toca. El papel de Oscar Martínez no es suficientemente histriónico para contenerlo y sólo Alexandra Jiménez, de los actores principales, ejecuta una actuación convincente. Vamos, que al final no hacían falta tantas alforjas para este viaje. Siendo generosos, es otro ejemplo de adaptación fallida por pensar que adaptar es repetir lo mismo, pero con cámaras y en exteriores. Si pensamos mal, no dan ganas ni de ir a ver al teatro una película rara que va de comedia pero que tiene un argumento previsible, actores de cartón y usa chistes muy sobados.
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow