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Voto de setinho:
1
5,4
3.838
Drama. Romance
Huck Cheever (Eric Bana) es un jugador profesional de póker que va a Las Vegas para participar en el campeonato mundial. Allí conoce a Billie Offer (Drew Barrymore), una aspirante a cantante, que intentará ayudarle a reconciliarse con su padre (Robert Duvall), el mejor jugador de póker. (FILMAFFINITY)
14 de febrero de 2018
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que solo he sido capaz de ver los 10 primeros minutos. Leo por ahí que lo importante de la película es la relación padre/hijo y patatín patatán, pero es que aquí hay un problema muy serio, y es que una película que trata de jugadores profesionales de póker, no sepan jugar al póker.
Es como si hacen una película sobre futbolistas profesionales y, cuando empiezan a jugar, se pasan el balón con la mano. Y te dicen: "eso no importa, lo importante es la historia que hay detrás". Pues no, señores, es que si unos futbolistas se pasan el balón con la mano, yo ya soy incapaz de tomarme nada en serio, porque sé que estoy viendo una estupidez sin sentido.
Y lo mejor es que hay una crítica que dice que la historia realmente es una mierda llena de tópicos, y lo destacable son las escenas de póker. Madre de Dios, pues cómo debe ser entonces la historia, para que lo más destacable sean unas escenas de póker que no tienen sentido. Tócate los huevos, Margarita.
Pero, en fin, vamos al asunto. Decía que solo he sido capaz de ver 10 minutos de película, hasta que...
Es como si hacen una película sobre futbolistas profesionales y, cuando empiezan a jugar, se pasan el balón con la mano. Y te dicen: "eso no importa, lo importante es la historia que hay detrás". Pues no, señores, es que si unos futbolistas se pasan el balón con la mano, yo ya soy incapaz de tomarme nada en serio, porque sé que estoy viendo una estupidez sin sentido.
Y lo mejor es que hay una crítica que dice que la historia realmente es una mierda llena de tópicos, y lo destacable son las escenas de póker. Madre de Dios, pues cómo debe ser entonces la historia, para que lo más destacable sean unas escenas de póker que no tienen sentido. Tócate los huevos, Margarita.
Pero, en fin, vamos al asunto. Decía que solo he sido capaz de ver 10 minutos de película, hasta que...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hasta que nos topamos con una escena donde padre e hijo están jugando una mano. El hijo lleva 99 y el padre, 65 de diamantes. El flop es 974 y el turn es un 2. O sea, tenemos 9742, con proyecto de color de diamantes.
Bien, pues en este punto, el hijo tiene un 70,56% de probabilidades de ganar la mano y el padre, un 29,44%. Y a partir de aquí, empieza la fiesta.
El padre le dice al hijo que sabe que lleva 99. Lo primero es que es prácticamente imposible hacer una lectura tan precisa habiéndose jugado solo el flop, pero bueno, vale, es una película, así que vamos a suponer que el padre es el mismísimo Dios reencarnado en jugador de póker.
Bueno, pues nuestro amigo Dios, en una mano en la que va perdiendo claramente, y en la que supuestamente sabe que va perdiendo claramente, coge y se juega todo en esa mano. Todo lo que le echen. A tomar por culo. Va a perder más de 7 de cada 10 manos que juegue así, pero se la suda. Y recordemos que estamos hablando de Dios, un Dios que juega como un verdadero deficiente mental.
Y lo mejor es la supuesta lección que recibe el hijo, "que debe jugar con prudencia". No, perdona, si vas ganando en una mano 70-30 (que además es un porcentaje bastante alto para un juego con tanto azar como el póker), tú tienes que apostar todo lo que tengas. Porque de eso va el póker, de intentar sacarle las máximas fichas al contrario cuando vas ganando. La única excepción a esto sería si estuvieran en zona de premios en un torneo (y aún así, sería discutible), pero teniendo en cuenta que están jugando cash, es que no hay por donde cogerlo.
Y además, ¿se supone que el padre, que se está jugando un pastizal a que se le aparezca la Virgen en la última carta, sí está jugando con prudencia? Tócate los huevos, Margarita.
Un verdadero insulto al póker y a la inteligencia.
Bien, pues en este punto, el hijo tiene un 70,56% de probabilidades de ganar la mano y el padre, un 29,44%. Y a partir de aquí, empieza la fiesta.
El padre le dice al hijo que sabe que lleva 99. Lo primero es que es prácticamente imposible hacer una lectura tan precisa habiéndose jugado solo el flop, pero bueno, vale, es una película, así que vamos a suponer que el padre es el mismísimo Dios reencarnado en jugador de póker.
Bueno, pues nuestro amigo Dios, en una mano en la que va perdiendo claramente, y en la que supuestamente sabe que va perdiendo claramente, coge y se juega todo en esa mano. Todo lo que le echen. A tomar por culo. Va a perder más de 7 de cada 10 manos que juegue así, pero se la suda. Y recordemos que estamos hablando de Dios, un Dios que juega como un verdadero deficiente mental.
Y lo mejor es la supuesta lección que recibe el hijo, "que debe jugar con prudencia". No, perdona, si vas ganando en una mano 70-30 (que además es un porcentaje bastante alto para un juego con tanto azar como el póker), tú tienes que apostar todo lo que tengas. Porque de eso va el póker, de intentar sacarle las máximas fichas al contrario cuando vas ganando. La única excepción a esto sería si estuvieran en zona de premios en un torneo (y aún así, sería discutible), pero teniendo en cuenta que están jugando cash, es que no hay por donde cogerlo.
Y además, ¿se supone que el padre, que se está jugando un pastizal a que se le aparezca la Virgen en la última carta, sí está jugando con prudencia? Tócate los huevos, Margarita.
Un verdadero insulto al póker y a la inteligencia.