No se puede hablar de 'Regreso al Futuro' sin hablar de cine de entretenimiento con mayúsculas.
Porque, lo que inicialmente nació como una fábula del rebeldía adolescente contra el futuro y una revelación de que tus padres alguna vez fueron como tú evolucionó de la mano de Robert Zemeckis y Bob Gale con unos entregadísimos Michael J. Fox y Christopher Lloyd a obra cumbre de los viajes en el tiempo, fruto de una borrachera creativa, pero una de las buenas.
Prácticamente, fue aplicar el "¿y sí...?".

¿Y si el más mínimo cambio afectara toda una decada?
¿Y si la secuela de la primera ya la hubiéramos visto, camuflada en los márgenes de sus imágenes? No hay tanto de estudio serio en esta historia como de juego con el tiempo y sus posibilidades, y todas ellas son gloriosas, con realidades alternativas, maquillajes magníficos o puramente grotescos, y suspense tan ridículo pero tan efectivo que apenas podrás creerte que funcione tan bien.
Es, sin duda, la obra de unos creadores enamorados de su creación.

Marty va al futuro con Doc para poder librar a su familia de un lío tremendo, pero acaba metiendo en un lío aún mayor a Hill Valley, convirtiéndola en una realidad distópica gobernada por el matón Biff Tannen, de quién tendrán que recuperar un almanaque deportivo.
De lo más ínfimo (un almanaque) a lo más grande (un futuro negrísimo) sigue habiendo ironía de sobra para llenar toda una trama, y no se puede notar más que todo el mundo se lo pasó genial recreando a las diferentes versiones temporales de si mismos, con Zemeckis exhibiendo poderío narrativo cercano a la sátira. Es increíble pasar de manera tan natural de la burla exagerada del casino de Biff al casi-terror del paseo de Marty por un cementerio, donde se demuestra que escenas pequeñas no tienen por qué no resultar relevantes.

Pero lo mejor probablemente venga en recrear la primera parte con una obsesión insana al detalle, y demostrarnos que había otra historia debajo que ni estábamos cerca de adivinar.
Zemeckis y cía hacen el truco del mago, y nosotros nos dejamos sorprender con un Marty en estado de gracia revisitando errores y aciertos pasados, en una suerte de parodia sin freno que encuentra el gusto en complicar la vida a su protagonista. 'Regreso al Futuro II' nos enseñó a amar las paradojas, mostrándonos la mejor de todas.

No hay reproche alguno. Bueno, sí, uno.
Imposible coger un Delorean y ver esta joya con ojos de niño que la descubre por primera vez.
Aunque a lo mejor sea la propia película el Delorean que nos lleva al pasado.... ese pasado en el que historias como eran la aventura que jamás habíamos imaginado.