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Voto de nudrick:
9
8,2
6.371
Drama
Este clásico del cine mudo fue el primer film que explotó el movimiento de cámara. Narra cómo el portero de un lujoso hotel, un anciano orgulloso de su trabajo y respetado por todos, es bruscamente degradado a mozo de los lavabos. Privado de su antiguo trabajo y del uniforme que le identifica, intenta ocultar su nueva condición, pero su vida se va desintegrando lentamente. (FILMAFFINITY)
21 de octubre de 2008
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al ver la puntuación de algunas películas me pregunto cuál es mi problema. Es decir, viendo absolutas obras maestras como son El último o Nosferatu; auténticas obras de autor, personales y demoledoras, no estén tan puntuadas -aunque reconozco que por muy poco- como la obra que significó la prostitución del cine de Murnau como es Amanecer. No os confundáis, no digo que Amanecer sea mala, es una película genial en todos los sentidos pero que considero de inferior calidad. Pero dejándome de tonterías, vayamos al grano, El último.
Nueve años atrás, el mundo del cine había sufrido una auténtica revolución gracias a Griffith y su Nacimiento. Y casi en el zénit del cine mudo, llega Murnau y crea la peli muda más muda de la historia. Una película sin carteles explicativos (salvo la carta, el periódico y un cartel antes del final alternativo) y con auténticas barbaridades en el uso de la cámara para la época -recordemos que hablamos de 1924- como ese estupendo sueño en el que Murnau coge la cámara al hombro moviéndola por la escena.
El último es una película que debería ser estudiada meticulosamente en cada escuela. Es el gran testimonio del cine mudo, de como con ingenio se pueden salvar todos los obstáculos, tanto la carencia de sonido (que en el 28 hará que el cine de un pasito hacia atrás) como la necesidad de crear nuevas formas de narrar.
Hablaría largo y tendido sobre las propuestas de El último, pero quiero centrarme en el título de esta crítica. Asi que continúo en Spoiler.
Nueve años atrás, el mundo del cine había sufrido una auténtica revolución gracias a Griffith y su Nacimiento. Y casi en el zénit del cine mudo, llega Murnau y crea la peli muda más muda de la historia. Una película sin carteles explicativos (salvo la carta, el periódico y un cartel antes del final alternativo) y con auténticas barbaridades en el uso de la cámara para la época -recordemos que hablamos de 1924- como ese estupendo sueño en el que Murnau coge la cámara al hombro moviéndola por la escena.
El último es una película que debería ser estudiada meticulosamente en cada escuela. Es el gran testimonio del cine mudo, de como con ingenio se pueden salvar todos los obstáculos, tanto la carencia de sonido (que en el 28 hará que el cine de un pasito hacia atrás) como la necesidad de crear nuevas formas de narrar.
Hablaría largo y tendido sobre las propuestas de El último, pero quiero centrarme en el título de esta crítica. Asi que continúo en Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Murnau quería hacer un final triste, exactamente cuando el vigilante le arropa y le deja sólo en ese lúgubre baño del hotel Atlantic. Pero, como muchos sabrán, la productora quería un final feliz, que era lo que gustaba y lo que vendía. ¿Qué hizo Murnau? Mofarse de ellos y de su final feliz, con un final que parece una sátira y que, como supongo quería Murnau, casi nadie se termina de creer.