El mensaje que lanza Leo McCarey es de los que a todo ser humanoide afecta, porque todos venimos de una madre y un padre y porque ese sentimiento que nos une a ellos empieza desde que nacemos y dura toda la vida, es inquebrantable, inviolable, inalterable. A los viejos se les respeta incondicionalmente porque es por ellos que estamos aquí y se lo debemos todo (hay excepciones, padres lamentables, pero eso es otro tema, estoy generalizando) Así que atacar de esta manera lo intocable duele, principalmente porque se nos enseña de manera sutil y poco a poco observamos que esa pareja de abuelos están solos, se tienen el uno al otro y es con eso con lo que cuentan mientras la incomodidad de su existencia anula el resto de sus vidas, un pasado en el que lo dieron todo por sus hijos, con mayor o menor fortuna, pero cumplieron son su obligación mientras que los hijos... sí claro, se reconocen "horribles" y "desagradecidos" al final, conciencia tardía diría yo, en la estación los dos abuelos reafirman su fidelidad y cuando se da el punto y final suspiro, reflexiono y sentencio que no, que nunca dejaré que eso pase delante de mis narices.

Y cuidado, el gran mérito de "Dejad paso al mañana" es ese, ir más allá de las imágenes, transcender, y hacer que cualquiera, yo mismo por ejemplo, participe de ese mensaje y lo viva a mi manera.