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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
7
Comedia Falso documental sobre Leonard Zelig, el hombre camaleón que asombró a la sociedad norteamericana de la 'era del jazz'. Su historia arranca el día que miente al afirmar que ha leído Moby Dick, sólo para no sentirse excluido. Desde entonces, su necesidad de ser aceptado lo lleva a transformarse físicamente en las personas que lo rodean, convirtiéndose así en un fenómeno mediático, en una celebridad sin esencia. Testigo de algunos de los ... [+]
28 de septiembre de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la película hay poco más que decir que constituye un ejemplo prodigioso de la capacidad de invención de Woody Allen. Incluso aquellos que detesten al maestro judío deberían estar de acuerdo en que en el caso de "Zelig" el despliegue de originalidad es portentoso. Por eso quisiera centrarme más en la figura eminente de Allen, un hombre capaz de crear, con todo lo que significa esta acción artística, crear algo, a partir de la nada, con la capacidad envidiable de materializar algo concreto a partir de las ideas de su peculiar cerebro. Porque uno puede tener una idea, ser cineasta y pensar en un hombre camaleónico por ejemplo, alguien con la capacidad extraña de mimetizar aquello que le rodea, copiar y reproducir su entorno como un insecto, como un camaleón, se trata de una idea hasta la que todos podemos llegar, pero a partir de esa ocurrencia Allen muestra su capacidad y desarrolla una historia, algo más que cuatro escenas y tres chistes, Allen crea una película que no muchos se atreverían a realizar.

Con "Zelig" Woody Allen se marca un homenaje, una gamberrada en la que él mismo se incluye porque se trata de una exhibición en toda regla de todo aquello que quiso ser y jamás será, una infinidad de personajes que al menos en este largometraje por fin encarna. Y lo crucial, lo tremendo, es que para tejer la película crea este falso documental que eleva lo que sería una película del montón, una anécdota curiosa, a una obra categórica dentro de la comedia. Para muchos es una obra maestra, para otros no tanto (me incluiré y daré mis razones), pero es una realidad que hace 30 años Allen ya había dejado claro quién era en esto del cine. No creo que muchos puedan desarrollar una imaginación así y muy pocos le darían ese carácter de documental con el que claramente ofrece su homenaje al cine mudo.

Los gags pueden ser de mejor o peor gusto, ahí entra en juego la subjetividad, el lado oscuro de cada uno que hace que nos descojonemos con su aparición en la Alemania nazi, con el Papa en el Vaticano o simplemente con esa carita de no haber roto ningún plato y tener un hijo en cada barrio haciéndose pasar por fontanero, por Duke Ellington o por lo que le apeteció en ese momento. Que guste más o menos es ya circunstancial porque su trabajo merece todo tipo de elogios. Lamentablemente me quedo a tres estrellitas del diez, yo como otros, porque opino que la historia de amor y el largometraje en sí no podía dar para más de una hora, Allen se recrea a gusto y es excepcional durante estos 75 minutos, pero para ello estira un chicle excesivamente. No creo que me contradiga al opinar que un cortometraje hubiera sido un diez, porque he acabado pidiendo la hora, y eso pese a las virtudes que tiene, pese las cosas buenas que tiene, que son muchas.
Luisito
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