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España España · Barcelona
Voto de Tithoes:
5
7,3
20.257
Animación. Fantástico. Comedia. Aventuras Después de que todas las mascotas caninas de Megasaki City sean exiliadas a una isla que es un vertedero, un niño de 12 años emprende un viaje para buscar a su perro extraviado. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2018
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor: la originalidad de la propuesta merece todo elogio posible, obviando cuán agradable resulte su visionado para cada cual (tan particular técnica conlleva, directa e irremediablemente, una enorme disparidad de percepciones) y la simplicidad del mensaje a transmitir (“el perro es el mejor amigo del hombre” y, por ende, a la inversa debiera ser también así), y es que nunca antes una odisea canina había despertado tanta empatía (más allá del exilio que las mascotas padecen por el brote de gripe sufrido el acierto de que gran parte de la trama se desarrolle en un lúgubre vertedero es enorme, así como dibujar al alcalde de la cuidad que habitaban como el villano más despreciable que uno logre imaginarse); el apartado sonoro es una delicia cinematográfica en toda regla, desde las voces (sin importar la versión a analizar, si bien la inglesa cuenta con actores tan populares como Bryan Cranston, Edward Norton, Jeff Goldblum, Bob Balaban, Liev Schreiber, Murray Abraham, Scarlett Johansson, Ken Watanabe, Koyu Rankin, Greta Gerwig y Bill Murray, con quien el director ha contado desde sus inicios en hasta ocho ocasiones contabilizando la presente) hasta la banda sonora (ésta mezcla instrumentos tradicionales japoneses como el koto, el taiko y el shakuhachi con instrumentos de orquesta filarmónica, todo ello bajo la firma del francés Alexandre Desplat, reputado compositor conocido por sus múltiples composiciones para exitosos metrajes como Moonrise kingdom y El gran hotel budapest, por citar las dos últimas en las que colaboró con el autor que ocupa); la excelsa animación de la que se vale Wes Anderson para abordad un tema clásico y provocar, a la postre, que el mismo se conciba como eternamente fundamental a pesar de su cotidiano debate popular, discusión equiparable a la suscitada por la polémica del fenómeno “whitewashing” que se ha aparejado al filme desde su lanzamiento por el empleo de intérpretes estadounidenses que figuran ser orientales cuando la ambientación es puramente asiática y, de veras, contar únicamente con dos de procedencia nipona.

Lo peor: la sencillez de la intríngulis apenas reclama la duración de un cortometraje para surtir el efecto deseado, resultando el resto de minutos un ejercicio de paciencia que no todos estarán dispuestos a afrontar con positividad; el sentido del humor del que hace gala el guión, similar a la típica cinta del siempre controvertido Quentin Tarantino (es decir, con abundancia de efímeros diálogos y extrañas divagaciones), no agradará a muchos; la limitación (en cierto modo comprensible atendiendo a cuestiones comerciales) a la hora de elegir sala de cine a la que acudir a la proyección del trabajo (incluso el mismo día de su estreno), dictando sentencia el minoritario sector al que va dirigida una pieza, sin duda, diferente al resto de la cartelera.

Daniel Espinosa
www.cementeriodenoticias.es.tl
Tithoes
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