“El hombre del norte” nos presenta una experiencia cinematográfica con poderío desde un punto de vista visual, pero bastante más vacía en cuanto a contenido argumental. La nueva propuesta de Robert Eggers me ha dejado más frío de lo que esperaba. La cinta cuenta con una ambientación atractiva, lo que hace que, tanto conmigo como con otros espectadores, tuviera todas las papeletas para resultar muy disfrutable, pero a la hora de la verdad el guion no me ha enganchado, y lo que se mostraba en pantalla ha terminado por ser una sucesión de imágenes que no me decían nada en particular.

A pesar de lo que comento, me parece una película correcta, en la que destacan ciertas actuaciones como las de Alexander Skarsgård y Anya Taylor-Joy (más por su protagonismo y presencia física que por un desarrollo de personajes que no es demasiado palpable). Además, a nivel puramente audiovisual, es una producción con calidad, contando con una buena fotografía. Por lo demás, y haciendo referencia a lo que ha provocado que la cinta no termine de engancharme, nos encontramos con un guion tremendamente irregular, cargado de conveniencias, que no consigue construir en ningún momento un argumento realmente interesante, lo que hace que el espectador pueda no llegar a conectar con la supuesta épica de lo que se nos pretende contar. Además, su ritmo pausado fomenta que sintamos que la duración es excesiva para lo que se nos cuenta.

“El hombre del norte” es una película de acción y aventuras disfrutable, pero a mí no me ha convencido del todo. En ocasiones es salvaje e impactante, pero también es una experiencia fría, incluso en sus escasas escenas de acción. Una propuesta que intenta ser contundente, pero que no llega a resultarme interesante, quedando muy lejos de sus expectativas iniciales y pareciéndome pretenciosa.