Yo con películas como ésta, no puedo evitar imaginarme el rodaje de alguna de las escenas, como por ejemplo alguno de los encuentros sexuales, por llamarlos de alguna forma, claro. Allí estará Bigas, con la baba cayéndole y el pantalón cada vez más prieto, diciéndole a la Marini, desnuda y a cuatro patas, que gima con más angustia, que está haciendo el papel de su vida y que va a ganar el oscar; y a Perugorría, también desnudo y ante semejante rubia, algo nervioso e intimidado, que le dé más duro, que su actuación le va a consagrar en Europa.

Sin sentido de película que entre escena tórrida y escena aún más tórrida (al límite del porno) presenta unos personajes vacíos y ridículos en una historia tan mala como surrealista y con una dirección burda y un montaje lleno de cortes mal hechos. No entiendo cómo se pueden rodar películas como ésta y no ver que va a ser un horror. No me creo que el director pueda estar orgulloso, o que el productor no vea que la cosa se está yendo un poco o mucho de madre, o que los actores, o al menos la actriz entre vejación y vejación, no se pregunte qué está pasando. Por culpa de esta película la carrera en Europa de un muy buen actor como Jorge Perugorría quedó herida de muerte. Y Bigas Luna se quedó tan Pancho.

Y de la chica nunca más se supo...

Un horror que nunca se debió rodar.