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España España · Madrid
Voto de horacio:
10
Drama. Thriller Huyendo de un pasado criminal, Juan, un chico mexicano, decide meterse en un camión que transporta inmigrantes ilegales de México hasta Brooklyn, Nueva York, donde conoce a Pedro, que está buscando a su acaudalado padre. (FILMAFFINITY)
22 de marzo de 2008
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
La miseria del submundo del emigrante en Nueva York: el desafío de mostrar la dureza de la supervivencia sin paliativos, con una iluminación muy peculiar, no exactamente tenebrosa, sino más bien de un realismo poético perfectamente ensamblado con el todo, el guión, la realización, la música, el vestuaro y las impresionantes interpretaciones: los tres protagonistas y la chica secundaria dignos de los mayores premios de interpretación.

Creí que se trataba de un thriller entre hispanos y me encontré con un sólido melodrama policiaco que, como cualquier obra realmente buena, crece a buen rimo, con suspense notable y una cierta amargura al constatar que a la hora de sobrevivir no hay paños calientes ni templanza de gaitas, aunque en determinado momento a alguno todo se le desbarranque por el viejo afán humano de dar para recibir amor.

Muy grata sorpresa. Una excelente historia sobre emigrantes mexicanos en USA, sin piedad, implacable en la mirada sobre unos y otros y no le tiembla el pulso para mostrar a un imperio harto miserable, ruinoso, repugnante. Realizado por un debutante rubio nacido en un pueblo de un país africano. Más merito tiene la cosa.

Jesús Ochoa es un primerísimo actor en México, de cine y teatro. Yo lo he visto pocas veces y siempre me ha gustado mucho. Esta es la primera vez que le encuentro haciendo un papel protagónico: de Oscar. Los muchachos Hernández y Espíndola, dos trabajos escalofriantes en sus extremos de criminalidad e inocencia. Paola Mendoza te desarma con cuatro miradas. Todos tienen ocasiones para expresar emociones sin palabras.

La película empieza muy arriba, mostrando unas piernas huyendo y acaba mostrando un cuerpo escapando. El recorrido intriga y emociona hasta el estallido de un gran final que te deja dolido y pensando: en pocos minutos se logra una resolución dramática lograda con mucho talento; en pocos minutos se nos entrega un final orgánico con la historia pero tremendamente fuerte. Emocionalmente fuerte debido a que se prefiere ocultar la violencia expresa: todo un hallazgo en el cine actual, a menudo exageradamente evidente.

La película tiene muchas escenas de muy buenas a excelentes, pero de elegir una, la secuencia del bar, esa reunión alegre de hombres que beben a la salida del trabajo y uno de ellos observa la capacidad de simpatía y seducción de un joven... familiar. Es una obra maestra.
horacio
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