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España España · la carretera
Voto de mau3:
10
Drama Daigo Kobayashi, antiguo violoncelista de una orquesta que se acaba de disolver, acaba vagando por las calles sin trabajo y sin demasiada esperanza. Por ello decide regresar a su ciudad natal en compañía de su esposa. Allí consigue un empleo como enterrador: limpia los cuerpos, los coloca en su ataud y los envía al otro mundo de la mejor forma posible. Aunque su esposa y sus vecinos contemplan con desagrado este puesto, Daigo descubrirá ... [+]
12 de diciembre de 2009
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está claro que cada uno ve las cosas desde sus experiencias y emociones. Cuando nos abrimos delante de una pantalla para dejar que entren en nosotros historias que alguien nos quiere contar no sabemos que puede despertarnos dentro, para mi esa es la magia del cine, a veces no tenemos claro por qué nos acabamos sintiendo de tal o cual manera, qué imágenes o que frases fueron las activadoras de algunos recuerdos o emociones. En este caso cuando vi “Despedidas” fui muy consciente de por qué me gustó tanto y también de que mi crítica no podría ser nada objetiva. Ya había visto en alguna otra película el tema del amortajamiento, incluso algún reportaje al respecto; pero ayer no sólo lo vi, sino que lo sentí, quizás adornado con esa magia del cine, y está bien, no era un reportaje y no me interesaba conocer la realidad sobre los entierros en Japón. Sin embargo si conozco como lo hacemos aquí. Cuando mi madre nos dejo después de veintisiete horas en que se fue apagando poco a poco y tuvimos la suerte de poder estar con ella hasta el final y despedirnos, pasó algo surrealista: Al poco rato de que el médico nos comunicó que ya se habían apagado todos sus órganos vino una enfermera para comunicarnos que debíamos dejar libre la habitación para otro paciente y que fuéramos recogiendo las cosas de mi madre, resultó extraño guardar las prendas y objetos que nunca más iba a necesitar, pero lo más raro fue hacer todo eso con su cuerpo presente, estaba en paz, se le veía bien, yo incluso la acaricié y la peiné, me sentí bien viéndola así, como dormida, aún era mi madre. Si todo hubiese acabado ahí, ahora tendría mejor recuerdo, pero aún quedaba por pasar todo lo impersonal de nuestros entierros, sobretodo el velorio, donde sentí que mi madre ya no era aquella a la que maquillaron de forma extraña y ni siquiera le disimularon la costura que hacen entre los dos labios; y todo esto lo veía dentro de una urna de cristal. No pude volver a besar a mi madre, ni acariciar su pelo. Por eso me emocionó tanto esta película que me hizo sentir que puede haber una forma mejor de hacer las cosas, yo lo viví a medias, ya que recuerdo que en el hospital mientras recogíamos las cosas incluso reímos; como rieron en el film las nietas al ponerle los calcetines a la abuela y yo a mi madre le hubiese puesto uno de sus collares hippies que tanto la identificaban, como hace el protagonista cuando le pone el pañuelo a la señora de los baños públicos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
mau3
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