Efectivamente, si uno va a las estadísticas, en Francia, debido a que antes de la reforma de Macron prácticamente no había manera de reducir plantilla en las grandes empresas por la hiperrigidez del mercado laboral, la única salida que existía ni siquiera era pagar, sino acosar de forma sistemática y programada hasta acabar con la autoestima del empleado. Solo en France Telecom (el equivalente a Telefonica en España) desde el 2007 hasta el 2010 hubo más de 60 suicidios, al estilo del que cuenta la película. En España esto no pasa porque siempre existió el "improcedente",la "prejubilación" o si no, uno es capaz de estar tres años tocándose sus genitales en el puesto de trabajo y ser tan feliz como una perdiz, o pedir baja permanente por depresión (que te la dan a poco que digas que tu jefe te ha pegado tres gritos seguidos). Volviendo a la película en sí, el argumento, pues, para uno que se ha movido toda la vida en "corporaciones" es harto previsible pero eso sí, muy verídico y bien dramatizado (falta un punto que no se trata, y es la parte de cómo se incentiva al directivo para evitar pagar indemnizaciones, que suele ser un porcentaje de su variable asociado al ahorro en este concepto). Como thriller vale poca cosa, ha primado la verosimilitud sobre la dramatización y es una pena, porque a Celine Sallette se le podría haber sacado bastante más partido ... Lambert Wilson como siempre solo hace de francés y encima su papel es casi secundario. Película pasable, ya que en España te partes de risa con el argumento ...