Sin mucha expectativa terminamos de ver esta comedia. Si había un deporte al que Hollywood no le hubiera hecho una película en este estilo más pseudolúdico era la lucha, eso sí, al estilo UFC, que ha crecido enormemente en popularidad a nivel mundial y prueba de ello son los auspicios y programas involucrados en diferentes cadenas.

Kevin James, quien se ha independizado para protagonizar en solitario películas livianas de este tipo, interpreta como su nombre lo dice a un profesor de secundaria que por motivos que ustedes deberán averiguar, se ve en la necesidad de insertarse en el mundo de las peleas tipo ‘todo vale’, con el fin de conseguir dinero. Lo loable de su acción descrita en el guión es tan impensado como verlo entrar a un octágono con posibilidades de no hacer el ridículo.

Este ‘atractivo’ debe tomarse en el contexto de una comedia. Se puede ser lapidario en lo bochornoso y poco creíble pero vamos, esto es cine, más aún comedia, por lo que no vale la pena filosofar demasiado para juzgar drásticamente el film como un producto malo y desechable. Mejor elíjalo u omítalo antes de sentarse a verlo, ya que todo es perfectamente anticipable. Salma Hayek, obvio, siempre se agradece verla.

Es una paradoja que lo hilarante de sólo pensar la situación que se plantea en la cinta no se traduzca en risas. En realidad, hace rato que las comedias de Hollywood no sacan risas, de ahí que otros más trasgresores como Seth McFarlane aparezcan como el futuro del género en L.A.

Como película es ligera, de trama fácil, discreta e incluso peca en algo al apurarse en los hechos para no aburrir. Apenas 1 hora y 40 minutos. Solo para ver ‘obligado’ en un bus o tarde cuando no hay nada más que ver.

:(
Conclusión:
Omitible absolutamente y lejos de otras de su género.