Y es por eso que, al igual que hace hasta el mismísimo Robert de Niro, de vez en cuando nuestro paisano escoge proyectos mediocres muy por debajo de sus capacidades, como es el caso.
La premisa de héroe retirado defendiendo a una inocente a la que quieren muerta, es simple pero suficiente para una película de acción como esta.
El personaje de Antonio es bastante corriente, el típico tipo duro muy callado que quiere vivir en paz pero acaba en el sitio y momento más adecuado para que le encuentren los problemas. Y a pesar de que no esté a la altura de su prestigio, Banderas es claramente lo mejor de un film que, si no fuera por él, tendría muy poco que ofrecer.
De hecho, su repercusión ha sido mínima y si no la hubieran emitido en televisión y me la hubieran comentado, ni siquiera sabría de su existencia.
En cuanto a Ben Kingsley, pues le pasa un poco lo mismo. Es como Nicolas Cage, que parece que no sabe rechazar ningún papel de los que le ofrecen.
El desarrollo recuerda a títulos como “Asalto al distrito 13”, pero en versión mucho más descafeinada.
Si un día aburrido no hay nada mejor que ver, puede resultar funcional y entretenida durante sus escasos 90 minutos. Sin mucha exigencia, es pasable y poco más.