Un curioso plano secuencia que no tiene relación con la historia, sirve para comenzar esta película que podría haber estado bastante mejor de lo que está, teniendo en cuenta la idea de la que parte.
Como dijo aquel filósofo, el hombre es un lobo para el hombre. Incluso las mejores personas pueden llegar a portarse como animales en función de las circunstancias. En situaciones límite, la ética y la moral pasa a un segundo plano y solo queda la ley del más fuerte.
En “El efecto dominó”, un simple apagón del que no se conoce ni el origen ni su alcance geográfico, da pie a que los protagonistas tengan que hacer lo que haga falta por sobrevivir en una sociedad en la que impera el miedo y la posibilidad de que te maten por comida o incluso por nada.
El apagón solo es la excusa para plantear un entorno de anarquía en el que puede pasar cualquier cosa. Lo malo de la película es que no pasan las suficientes cosas ni son todo lo interesantes que podrían. El guion no está bastante aprovechado y al final, aparte de la tensión entre los tres protagonistas, la escena de la farmacia y la de la carretera, poco se puede rascar.
Los actores no lo hacen mal, pero como digo, la historia podría haber dado mucho más de sí (de hecho esa misma idea se aprovechó bastante en la serie “Revolution”), y sin embargo se queda en una película del montón que resulta bastante fácil de olvidar, sin que llegue a ser mala tampoco.
Echo en falta más violencia y que se vea más caos en las calles, entre otras cosas