HBO una vez más es como la marca ISO. Extraordinaria serie que te deja perplejo ante el talento desbordante de estos actores. Harrelson siempre sorprende por ese perfil en su generación de actor subestimado, si lo mezclas con su colega McConaughey y notas esa química y buen rollo propio de amigos de bachillerato da una sensación refrescante de que pueden hacer lo que quieran. Las actuaciones son inmensas, los diálogos planos y muy bien estructurados, con una gran dosis de inteligencia. Resulta sorprendente el logro de los planos secuenciales y la riqueza en la estética llevada con delicadeza, amén de la banda sonora.
Si en 1999 cuando filmaron EdTv me dicen que estos actores llegarían a esto la carcajada hubiera sido sonora, el desarrollo es increíble y es una prueba que el talento es como la hierba, crece por todas partes con los estimulantes adecuados, siempre que exista.
Ver la serie desde la perspectiva de las personalidades de estos dos protagonistas, obviando el entorno en general y saboreando todos los matices que aportan, en mi opinión, es la mejor forma de percibir, como el buen vino, la calidad de estos trabajos. Será difícil encontrar sustituto para el ganador del Oscar, pero invito a disfrutar estos intensos ocho capítulos que son de muy alta factura.