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España España · Almendralejo
Voto de Siferval:
6
Drama Antonio se enfrenta a una temporada en la cárcel por delito financiero. Joven y brillante ejecutivo, elaborará un plan para evitar esa mancha en su currículum, convencer a todo el mundo de que va a estudiar un Máster en la Universidad de Michigan. Todo está controlado, excepto los 321 días que tiene que pasar en la cárcel. (FILMAFFINITY)
12 de junio de 2020
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Ópera prima del director Enrique García cuya mayor virtud radica en la capacidad para enganchar al espectador en la trama de la cinta. Cuenta con un inicio y una premisa que resulta a priori interesante y la que nos hace pensar por el título que no nos encontramos ante una cinta carcelaria. Lo de Míchigan es sólo una excusa del protagonista, Chico García (El Secreto de Puente Viejo), para ocultar su ingreso en prisión por evasión de impuestos. Lo que comienza siendo una manera de engañar a sus seguidores y para que nadie sospeche de su encierro para futuras propuestas de trabajo, va evolucionando en una historia más humana a raíz de los diferentes encuentros y encontronazos con los diferentes presos del centro penitenciario. Cierto que la premisa principal se diluye con la inclusión de los otros personajes, que no tardarán en llenar la pantalla e incluso eclipsar la figura del protagonista. No es que sus historias sean las más originales e impactantes del cine, pero son de una verosimilitud palpable. La autenticidad de estos personajes hace que por alguna razón insondable logre enganchar al espectador a la cinta, e incluso cuenta con algún que otro toque humorístico. Pero sí, el punto fuerte radica en las interpretaciones tan humanas que desprenden Virginia de Morata (Caronte), Héctor Medina (Vientos de La Habana) o el más reconocido y televisivo Salva Reina (Señor, Dame Paciencia) que se encuentra como pez en el agua.
Es esta una película que tiene sus fallas, pero que sabe taparlas por la calidez de su reparto y su gran trabajo actoral. A pesar de perderse entre las tramas secundarias y dejar muchos cabos sueltos, es sincera, no muestra prepotencia (como otros directores nóveles de este país que se creen David Lynch como Darío Autrán) y sabe a lo que va sin tener al espectador perdido entre diatribas más metafísicas que humanas. Pues, en resumen, esta es una película humana sobre los errores y los aciertos de sus protagonistas.
Siferval
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