Si te gustan las películas de robots gigantes que se transforman en animales y se dan de leches por el destino de la Tierra, esta es tu película. Si no, mejor que te ahorres el dinero y el tiempo. Transformers: El despertar de las bestias es la séptima entrega de la saga iniciada por Michael Bay en 2007, y la segunda del reinicio que comenzó con Bumblebee en 2018. Esta vez, la acción se sitúa en 1994, y nos presenta a tres nuevas facciones de Transformers: los Maximals, los Predacons y los Terrorcons, que se enfrentan entre sí y a los Autobots y los Decepticons por el control del planeta.

Está dirigida por Steven Caple Jr., que debutó con Creed II en 2018, y cuenta con un reparto encabezado por Anthony Ramos, Dominique Fishback y Luna Lauren Velez. El guion corre a cargo de Joby Harold, Darnell Metayer, Josh Peters, Erich Hoeber y Jon Hoeber, que se basan en la línea de juguetes de Hasbro y en la serie animada Beast Wars. La música es de Jongnic Bontemps y la fotografía de Enrique Chediak.

La premisa es bastante simple: un par de arqueólogos se ven envueltos en un antiguo conflicto a través de una aventura por todo el mundo que se relaciona con las tres facciones de Transformers. El problema es que no sabe qué hacer con esa premisa, y se limita a repetir los mismos clichés y escenas de acción que ya hemos visto en las anteriores entregas. Los personajes humanos son planos y aburridos, los diálogos son infantiles y forzados, y la trama es predecible y confusa.

Los efectos especiales son lo único que se salva, ya que son impresionantes y detallados. Los diseños de los robots son fieles a los originales, y las escenas de combate son espectaculares y dinámicas. Sin embargo, eso no es suficiente para sostener una película de más de dos horas, que se hace larga y tediosa. Además, tiene varios agujeros de guion e inconsistencias que hacen que pierda credibilidad y coherencia.

En definitiva, Transformers: El despertar de las bestias es una película que solo gustará a los fans más acérrimos de la saga, que disfrutarán viendo a sus personajes favoritos en acción. Para el resto del público, es una película olvidable y prescindible, que no aporta nada nuevo ni interesante al género. Mi nota es un 4.