Silent Hill: Revelación 3D es la segunda parte de la adaptación cinematográfica de la saga de videojuegos de terror Silent Hill. La película está basada en el tercer juego de la serie, Silent Hill 3, y narra la historia de Heather Mason (Adelaide Clemens), una joven que busca a su padre desaparecido (Sean Bean) en la misteriosa y peligrosa ciudad de Silent Hill.

Intenta recrear el ambiente opresivo y perturbador de los videojuegos, pero fracasa en su propósito. La trama es confusa y poco original, los personajes son planos y sin carisma, las actuaciones son mediocres y el guion está lleno de diálogos forzados y explicaciones innecesarias. Abusa de los efectos especiales y el 3D, pero no consigue crear ninguna escena memorable ni transmitir ninguna emoción al espectador.

Solo se salva por algunos momentos que hacen referencia al juego original, como la aparición de Pyramid Head o el diseño de algunos monstruos. Sin embargo, estos guiños no son suficientes para compensar el resto de defectos, que se convierte en una secuela más barata y más cutre que su predecesora a cualquier nivel.

Silent Hill: Revelación 3D es una película que decepcionará a los fans de los videojuegos y aburrirá a los que no los conozcan. Es una película de terror genérica que no aporta nada nuevo al género ni respeta la esencia de su fuente original. Es una película que se puede olvidar fácilmente, al igual que la ciudad de la niebla eterna.