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Voto de Argoderse:
9
Drama. Comedia Narra una historia real, la de Forrest Tucker, un ladrón de bancos que pasó la mayor parte de su vida en la cárcel o intentando escapar de ella. De hecho, logró fugarse en 18 ocasiones y cometió su último atraco en el año 2000 cuando tenía 80 años. (FILMAFFINITY)
17 de enero de 2019
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En The Old Man and the Gun, el actor nacido en Santa Mónica, California, da todo un golpe en la mesa demostrando que los años no pasan por su talento. Su porte, voz, presencia y gesto le hacen dominar cada plano. Se apodera de una película a la que, quizá, le falta algo más de ritmo en la cámara de Lowery. Sin embargo, pese a los pequeños altibajos que presenta la trama y que se agudizan hacia el final, el resultado colectivo es de sobresaliente.

En su despedida como actor -detrás de las cámaras a buen seguro que volverá y si lo hace como con Gente corriente, lo estaremos esperando-, Redford regala, además, un duelo interpretativo descomunal con otro actor sobresaliente como el ganador del Oscar por Manchester frente al mar: Casey Affleck. Parece la cesión de una especie de testigo simbólico donde Redford le dice a Affleck: ten. Yo he llegado hasta aquí, te toca continuar. Pues Casey está soberbio como el inspector de policía que tiene que atrapar a Tucker en su tercera colaboración con Lowery.

Una suerte de juego del gato y el ratón que nos deja una escena en concreto, en los lavabos -permitidme este pequeño destripe- para la posteridad. Puro cine al que también contribuye una majestuosa Sissy Spacek, refinada como ella sola. Una dama de la gran pantalla que se merece la ovación en The Old Man and the Gun. La misma que Danny Glover y Tom Waits, con menos minutos en pantalla, pero de sobrada calidad.

The Old Man and the Gun, en pleno siglo XXI, rebosa en sus imágenes ese corte clásico, cierto aroma de nostalgia bien entendida, que te engancha si has disfrutado de aquellas películas de temática parecida como Bonnie & Clyde (1967) o incluso El Golpe (1973).

Parecerá una tontería y no soy muy dado a comparaciones -no me gustan-, pero viendo a Redford en pantalla, me recordaba a veces a ese Burt Lancaster reflexivo de El Gatopardo (1963) o Un tipo genial (1983), que sabe que está dando un paso a un lado, dejando a las nuevas generaciones el protagonismo. Y sin embargo, consciente del adiós, continúa disfrutando de eso que sabe hacer: ese cine que te ha acompañado desde el principio hasta hoy. Al que estarás siempre eternamente agradecido.

La película de David Lowery, pues, guarda ese halo de melancolía que, paradójicamente, no te produce tristeza, sino todo lo contrario. Es alegre, divertida y muy emocionante. Merced también a la historia apasionante de amor, paralela a la trama principal, que se forja entre Robert Redford y Sissy Spacek. Una forma de hacer de la sencillez, arte. Una química más allá de lo normal.

Más no puedo decir de The Old Man and the Gun salvo que vayáis al cine a verla. Aunque solo sea por agradecer a Robert Redford todos estos años regalados al cine, al arte y a los espectadores. El colofón a una carrera única, eterna. No todos los días se está ante el adiós de una estrella que, 81 años después, sigue iluminando.

Más datos sobre esta y otras películas en http://argoderse.com
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Argoderse
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