Con apenas un presupuesto de 2.000.000$, David Robert Mitchell da el salto a la gran pantalla con la mejor película de terror de los últimos años. Su discreto estreno se produjo en 14 salas americanas, y debido a su enorme éxito, a las dos semanas ya había llegado a más de 140.

Jay (Maika Monroe) es una joven que tras acostarse con su novio es contagiada de una maldición de la cual solo podrá librarse acostándose con otra persona.

Aunque la sinopsis parece de cine adolescente, It follows abandona todo topicazo de películas de sustos para centrarse en algo más serio y alternativo. No estamos ante una película de sobresaltos, como Expediente Warren o su espantosa precuela Annabelle, sino que nos encontramos con una obra que nos mantiene en continua tensión mediante una mezcla entre lo cotidiano y lo sobrenatural perfectamente sincronizada.

Aunque el guión cae en más de un cliché incoherente típico del género, se ve ampliamente compensado por una realización sobresaliente al más puro estilo de Vince Gilligan (Breaking Bad).

También es digna de mención la estridente banda sonora de sintetizadores de estilo ochentero. Acompañamiento brillante, y nos mete aún más en la atmósfera.

No es que estemos ante un ritmo frenético de acción, pero debido a la temática de la cinta (de la que no entraré en más detalles por no hacer spoiler) tendremos siempre el cuerpo alerta y expectantes de que pueda ocurrir lo peor.

Recomendada para fans del cine de terror, suspense y misterio; veréis algo diferente en un género tan de capa caída.

Lo peor: guión demasiado típico e incoherente en ocasiones. Alguna escena fuera de lugar incrustada demasiado a la fuerza por sumar algo más de acción.

Lo mejor: original, impactante y terrorífica. Realización y banda sonora soberbias.

Conclusión: 8

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