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España España · Barcelona
Voto de Jaime Flores:
8
Drama Theodore Decker tenía 13 años cuando su madre fue asesinada en un atentado en el Museo Metropolitan de Nueva York. Esta tragedia cambia el rumbo de su vida y se ve sumido en una desgarradora odisea de dolor y culpa, reinvención y redención, y también de amor. A pesar de todo, se aferra a una prueba tangible de esperanza que le dejó aquel terrible día: un cuadro que representa a un pequeño pájaro encadenado a su percha, "El jilguero".
7 de diciembre de 2023
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Que semejante catarata de infortunios en la joven vida de un chico no resulte cargante, excesiva o tediosa, sino todo lo contrario, un mar de emociones, un viaje conmovedor, un surtido de instantes sugerentes, solo puede deberse a que estamos ante una gran película, una clásica y bella película a la que todos machacaron y aún no sé muy bien por qué. Yo mismo pasé de verla en el cine por las críticas, idiota de mí.

Que hay cosas mejorables, claro, especialmente en lo que tiene que ver con un momento concreto de la narración en el que las desgracias se sobrevienen con demasiada intensidad, pero, ni aun con eso, "El jilguero" es una obra errónea. Para nada. Dura dos horas y media y cada puñetero fotograma importa. Captas cada sensación, sientes cada emoción, vives cada momento.

A la base fundamental de cualquier película, como es la propia historia y el guion que la confecciona, hay que añadir una factura técnica impecable, una banda sonora genuina y un reparto tan nutrido como acertado, con unas relaciones entre los personajes que son su mayor baluarte. Ansel Elgort me gusta desde siempre, veo en él una inexpresividad propia de muchos chicos, de hecho, en él veo a muchos amigos, pero tal pose distante no significa que no transmita emociones. Aquí hasta llora y lo hace que te mueres. No sé quién puede no removerse con sus escenas finales.

Nicole Kidman en modo madre pija de rostro extraño. Tanta operación la ha deformado, pero sabe resurgir de entre el bótox, amén de un personaje glorioso. El tercer vértice fundamental de "El jilguero" es un Boris hipnótico, especialmente en su edad más temprana, encarnado por un Finn Wolfhard, a lo Timothée Chalamet, que nació para hacer este personaje. Y luego, todos los demás. Todos muy, muy bien.

Porque todo en “El jilguero” es ciertamente acertado. De verdad, no entiendo esas críticas. Mención de honor para los momentos en los que el protagonista cree perder amores pero aún no se percata de que está ganando otros, los verdaderos*(1).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jaime Flores
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