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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
7
Drama Cosmo Vitelli, un veterano de la Guerra de Corea (1950-1953) con deudas de juego, posee un local de striptease en Las Vegas. Cuando pierde 23.000 dólares en una partida ilegal, sus acreedores le sugieren que pague la deuda con un asesinato. (FILMAFFINITY)
12 de febrero de 2011
19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Por sus obras anteriores
- Por su alborotada vida personal
- Por su afición a los placeres -y que nos quiten lo "bailao"-
- Porque Cassavetes fue como quiso ser
- Por su desequilibrada trayectoria como actor y director
- Por ser un independiente del cine a contracorriente
- Por su cirrosis
- Por ser un trasnochado vocacional
- Por indisciplina
- Por no querer llegar a viejo
- Por convertirse en anciano antes de serlo
- Por palmar con sólo 60 tacos
- Por rematarse con aspecto acabado y pintas de agarrarse a más neuras que a un bastón.
- Por dejar viuda a Geena Rowlands -22 años sin quien fue su esposo durante cuatro décadas-
- Porque no se aferró a la vida
- Porque no le dio la real gana de vivirla o porque Dios sabrá... está película es pura y dura esencia de John Cassavetes.

"El asesinato de un corredor de apuestas chino" tiene puntos narrativos que inevitablemente recuerdan a Cassavetes y, planos que, de carambola, hacen lo propio con "Mullholand Drive". Sí, difícilmente asimilable. Lynch: ladrón, saqueador de tumbas.

Para algunos será un espanto; para otros un aliciente. Es verdad que hay muchas tetas como dice el usuario hermanonegro. Más de sesenta tetas, seguro. Por todas partes hay tetas; no se puede ni hacer recuento.

El dueño de un puticlub, decadente, pero empeñado en reflotarlo como sea, adorado por todo su staff _putis, chóferes, porteros, camareros y demás_, contrae deudas, jugando a sabe Dios qué, precisamente para sacar el tugurio a la luz.

Cassavetes trasciende a la pantalla una triste historia. Se devuelve a sí mismo una especie de autorretrato. Inestabilidad sobre una cuerda floja, tan atrayente y autodestructiva.

No por el atrezzo (que ni las putas son malas, ni el trasnocheo debiera perjudicar), sino por el desapego a la vida de nuestro protagonista -él mismo o su actor- quien, de una manera altruista ofrece su propio pellejo por el bienestar de sus meretrices en una historia filantrófica.

Viéndoselas con la soga al cuello se preocupa por su su puticlub; por sus chicas y por el "Señor Sofisticación" -de donde creo, copia Lynch-, más que por su deuda en especias.

El cine da para todo, señores.

- Lo peor de la peli yendo al grano: juega en su contra toda la primera mitad. Es fácil desistir a la media hora. El desorden y desconcierto, sin una empuñadura o pretexto argumental al que aferrarse y dar sentido a lo que estamos viendo no ayuda. Cassavetes está intentando meternos en el pellejo del personaje protagonista. Que lo consiga o no, durante ese minutaje, queda en entredicho. Tampoco las intrepretaciones son para tirar cohetes. Los planos, atropellados, no aburren, pero distraen; cosa mala.

Pero sí destaca el guión.

Lo mejor: que te guste Cassavetes. No le falta contundencia. Pero para eso, hay que esperarse al finalísimo final y no dejar la peli en la estacada. Es un acto de Fe.
Valkiria
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