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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
7
Drama. Romance Jamal Malik (Dev Patel) es un adolescente pobre de los suburbios de Bombay que participa en la versión hindú del popular programa "¿Quién quiere ser millonario?". A punto de conseguir 20 millones de rupias, que es el premio máximo del concurso, el joven es interrogado por la policía, que sospecha que está haciendo trampas. Pero para cada una de las preguntas, Jamal tiene una respuesta. (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2009
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vivir del amor es una opción tan poco realista como vivir del aire, pero menos lo es elegir como derrotero el presentarse al “¿Quieres ser millonario?” para que, de carambola aciertes el pleno al 15 y ofrecerte, amor mío, la vida con la que soñábamos desde críos.

¿Qué se lo merecen? Seguro. ¿Qué esto ocurra en la realidad? Si, también, en contadas ocasiones... Les ocurrió a los hijos camboyano, etiope y vietnamita de Pitt y Angelina... en fin, frivolidades del cine.

Aspectos técnicos de Slumdog: impecables. A ritmo trepidante se trama un montaje lúcido y visualmente arrollador a base de movimientos de cámara frenéticos. Nos recuerda mucho a “Ciudad de Dios”, es verdad y aunque las comparaciones sean odiosas, “Ciudad de Dios” está muy por encima. No quepa duda.

Interpretaciones: buenas. Los niños son cortos de estatura pero sobresalen con altura y sin pértiga en su papel. Los pequeños Jamal y Salim convencen. Sobre todo te crees la picaresca con la que aprenden a vivir para, sobrevivir y salir airosos de no sé cuántas persecuciones.

En cuanto al guión. Hubiese preferido desde luego, que Boyle nos hiciese jugar en cualquier otro concurso, inventado por él mismo o incluso real, típico de los propios medios hindúes, antes de enguiñarnos la propuesta de Carlos Sobera a lo Bombay. Cosas de la globalización cultural y primer resto a la película, (9’5).

¿Sobre el retrato de Bombay? no lo sé, nunca he estado allí. Deberíamos para ello indagar en el cine de Boollywood, quizás empezando por “Madre India” o por “Devdas” como recomendaría Neathara. Está claro que el último recurso es el que nos ofrece Boyle. No nos engañemos. Es una película británica, dirigida por un cineasta británico a quien seducen los suburbios sean de Edimburgo (Trainspotting), sean de Bombay. Segundo resto (9).

Jugar a la caridad con los niños ciegos cantantes del metro, a 100 dólares americanos la cantarela es perverso. Tercer resto (8’5).

Ni en Bombay, ni en Boollywood (si era este tu homenaje, Boyle) las parejas se besan en los labios. Cuarto resto (8).

El número musical, incomprensiblemente latinizado, no es un subidón de buen rollo, no. Es la metedura de pata más grande habida y por haber en el cine, con el que además, ¿pretende Boyle hacernos olvidar todas las penurias reales de las vidas de los slumdogs de carne y hueso, que nos acaba de narrar? Quinto resto pero con enjundia, un puto punto menos: (7).

Y así dejo la cosa. En un 7. Las películas no se acaban hasta los títulos de crédito y pese a la primera hora brillante de ésta, Boyle deja que la cosa decaiga hacia un absurdo y cada vez más infantilizado happy end.

Para cosas de "niños" me quedo antes con lo que diría Mafalda mirando atónita el globo terráqueo: "¿qué habrán hecho estos pobres sures para merecer estos nortes?". ¿Qué mal habrá hecho Boollywood para merecer a Boyle?
Valkiria
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