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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
7
Cine negro. Intriga. Drama En una pequeña ciudad de Connecticut, un sacerdote es asesinado en plena calle, y los ciudadanos exigen una intervención contundente de la policía. Todos los testigos identifican a John Waldron como el autor del crimen, pero éste se declara inocente, aunque nadie le cree. (FILMAFFINITY)
17 de agosto de 2011
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segundo largometraje de Elia Kazan (1909-2003) (“La ley del silencio”, 1954), escrito por Richard Murphy y basado en hechos reales ocurridos en Connecticut en 1924. El guión se basa en el artículo “The Perfect Case”, de Anthony Abbot, publicado en el “Reader’s Digest” de diciembre de 1945. Se rueda en localizaciones reales de Connecticut, Stamford (Connecticut), White Plains (NY) y NY. Producido por Louis De Rochemont para la Fox, se estrena el 5-III-1947 (NYC). La acción principal tiene lugar en una pequeña población de Connecticut, que comienza el 29 de septiembre de 1945 y se extiende durante varios meses.

Los protagonistas son el fiscal del Estado, Henry L. Harvey (Andrews), profesional recto, riguroso, independiente y enemigo de presiones y componendas. El jefe local de policía es Harold R. “Robbie” Robinson (Cobb), honesto, veterano y tozudo. John Waldron (Kennedy), acusado del asesinato del P. Lambert (Birch), anciano pastor espiscopaliano, rector de la parroquia desde su fundación hace algo más de 30 años. La víctima era un hombre justo, comprensivo, amable, servicial y querido de todos. Dave Word (Lavene), cronista de sucesos del diario local “Morning Record”, es severo en sus escritos, crítico implacable, pero honesto.

El film es un trabajo modesto, breve, sencillo, relativamente previsible, pero consistente y convincente. Explica y justifica algunos principios básicos de la justicia, cuya aplicación requiere rigor, independencia y fortaleza. La narración es conducida por un narrador omnisciente que introduce el relato, lo contextualiza y lo explica de modo objetivo, veraz y sin prejuicios. Los hechos ponen de manifiesto las dificultades que con frecuencia ha de afrontar la investigación de un crimen cuyas causas y móviles no se conocen.

Elia Kazan aprovecha el desarrollo del drama para componer una denuncia social a su gusto. Ésta alcanza a los políticos y a sus manejos egoístas y cortos de miras, a los poderosos que tratan de influir sobre el curso de los acontecimientos en beneficio de intereses particulares, a la afición de la prensa al sensacionalismo y a los resultados rápidos, a las presiones ciudadanas que reclaman respuestas eficaces inmediatas, etc. Elabora las denuncias en paralelo al desarrollo de la historia y como factores de potenciación del drama. Prisas, intereses espurios, presiones interesadas y acciones movidas por celos excesivos, van formando gradualmente un entramado causal de difícil control que genera tensión y conflictos. La atmósfera que envuelve el film adquiere una textura densa y agobiante, que cala en el ánimo del espectador, le interesa y retiene su atención.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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