¡Qué llena se encontraba la sala 5! ¡Cuanta gente de todas las edades entraban dispuestos a ver algo que nadie (o por lo menos yo) esperaba! Me he aburrido de una manera indescriptible, porque a parte de que el argumento parece que está borracho, los personajes no transmiten nada en absoluto; son tan planos como la pantalla en la que estás leyendo mi crítica. La chica protagonista tiene siempre la misma cara en toda la película, haciéndote creer que todo le causa la msima impresión y de que no le apetecía rodar. Johnny Depp bastante normalete, y la mala E.B. Carter parece un personaje cómico.

Y bien, durante el visionado de este despropósito, mi cuerpo también se quejaba.

MIS OJOS: Se movían por sí solos siguiendo el movimiento de los personajes (actitud que demostraba todo lo que me aburría la peli).

MIS DEDOS: Los de la mano derecha se unían con los de la izquierda y se acariciaban mútuamente para que mi mente tratara de desconcetar del film (ya que no podía abandonar la sala).

MIS PIERNAS: Se movían lentamente de derecha a izquierda, y según avanzava la película, se movían cada vez más despacio.

Cuando llegaron (por fin) los títulos de crédito mi expresión no cambió ni un ápice, ya que no me podía creer que de un director como Tim Burton saliera este producto tan vacío.
A mí no me molesta que Burton se haya pasado la historia por el forro de los pies; lo que me molesta, y mucho, es que, de alguien con talento, salga un producto que parece filmado por un aficionadillo al género fantástico.

Es el famoso "Quiero y no puedo".